Está bien que tomemos conciencia de la naturaleza medieval del pago con tarjeta.
Cuando pagas con un billete, o una moneda, pagas directamente, es tu voluntad la que se manifiesta.
Pero cuando pagas a través de tarjeta, hay una institución que comprueba lo que vas a comprar, y "te autoriza" a pagar con tu propio dinero.
Si hubiese una caída de una aplicación bancaria, te quedarías sin poder usar tu propio dinero. Esto ya ha ocurrido, lo he visto durante el confinamiento, por ejemplo el caso de una señora que fue a pagar en una farmacia y no le funcionaba la tarjeta. La pobre señora pasando vergüenza como si fuese una persona insolvente, y el farmacéutico, tratando de resolver la incidencia como podía.