.... aquellas en las que la postdata suele sobrar... Sabes cuales no?, las cartas que escribiste, pero no mandaste; las cartas con tan diversos destinatarios, y que hoy, por casualidad, has vuelto a encontrar...
Estas en el atardecer del tiempo que has vivido, y ahi estas, sentado sobre la cama, leyendo una por una con cerrada nostalgia y absoluta incredulidad... no pensaste que había tantas... La que le escribiste a "ella" para declararle tu amor, con fecha de dos días antes de que terminase el instituto, y se mudase de ciudad... sabiendo sólo, que la echarías de menos... Esa carta furiosa con la que querías dejar muy claras las cosas, con esa chica que dulcemente te hacía el amor, tres dias después de la tinta seca...
Son cartas tan personales, que se quedan contigo. Si te paras y lo piensas, ¿qué sobre podría contener esas emociones, que desbordaban tu propio corazon?, ninguno, por eso no tienen... Están dobladas, en cuatro pliegos, y al abrirlas... viene a ti la imagen que ha quedado marcada en tu mente, la imagen del destinatario abriendola, su reacción de amor odio o confusión, y estás seguro de cuál de ellas será... o no...
Por qué motivo no la mandaste?, no lo sabes, o si?. Yo creo que todas esas cartas se mandaron, y llegaron a quien debían llegar. Esas palabras no las escribiste tu, sino tu corazón, que mantiene una peculiar correspondencia contigo sin otro sello que una sencilla lágrima, que en ocasiones la acompañaba.
En realidad son sólo líneas, como las que ahora lees. Pero cuando todo ha pasado no puedes olvidar, que hay otra vida escondida, en las cartas, que no llegaste a mandar...