En los libros que llevo en mi ordenador siempre tengo los diarios de Andy Warhol que son delirantes y eso es lo que vió de Cats una vez que lo llevaron al teatro. Parece offtopic pero siempre me río pensando en éste párrafo cuando veo algo sobre la obra.
Sábado 27 de noviembre, 1982
Me llamó Brigid y la invité a ver Cats (entradas 200$). Fui en taxi al teatro (6$). Teníamos butacas
de primera fila, pero en un lateral.
El primer acto era muy aburrido, pero a las chicas se les notaba el chochito debajo de los disfraces
de gato. Era asqueroso. Se les veía la raja por delante. Deberían llevar algo debajo. Se les veía el pelo
del conejito, pero como también llevaban pieles de gato, era un poco confuso. ¡Se les veía todo! Quizá
por eso estaba tan lleno de viejos. Al final me fijé en el decorado, que era como un gran homenaje al
pop, con botellas de Coca-Cola de medio metro, latas de Sopa Campbell también de medio metro y
todo lo que suele haber en una cocina pero a tamaño Oldenburg. La gente me hacía señas para que lo
mirase. Una señora que había cerca de nosotros colocó el abrigo y el sombrero de su marido en una
caja que tenían allí delante. Era una caja de Brillo que formaba parte del decorado. Un gato se sentó
encima y arrugó el sombrero. Oh, pero esos chochos. Se les veía las rajas, y los labios de… de… de…
la vulva. ¿Se dice así? Se les notaba mucho
(caja Brillo del decorado: Warhol hizo fama haciendo esculturas de productos de supermercado como latas Campbella o cajas del detergente americano Brillo que sería como el Colón o Dixán que conocemos nosotros)