Jarelgran escribió:pendiente45 escribió:Jarelgran escribió:Dos amigas en casa:
-oye, voy a bañar al niño me ayudas??
-vale
Total que la madre prepara el baño y agarra al bebe por las orejas y lo mete en el agua, el niño empieza a patalear y la amiga le dice:
-pero que haces??
-bañarle
-pero no le cojas asi mujer.
-¿y como le cojo?
-pues...de los hombros.
-!SI CLARO PRA QUE ME QUEME LAS MANOS!!
Agua Hirviendo Quema al Bebé - Envidia Kotxina.mp3 xDDD
Tomo nota, lo buscaré en mi tienda de discos habitual
![como la niña del exorcista [360º]](/images/smilies/nuevos/vueltas.gif)
Bueno, esa es una de las canciones,
aquí tienes la letra.
Otro.
Dos amigos italianos se encuentran. Uno de ellos va con una pala al hombro, y parece muy agotado.
- Pero Raúl, que te ha pasado ?
- estoy hecho polvo, vengo de enterrar a mi suegra.
- Pero te ha costado tanto, con lo fuerte que tu eres ?
- Es que la muy puta no se dejaba.
1.Dice la maestra a Pepito:
A ver Pepito, si yo digo "fui rica" es pasado, pero si yo digo "soy hermosa", ¿qué es?
Una gran mentira maestra.
2.En plena guerra llega el general y le dice a sus soldados:
Les tengo una noticia buena y una mala, ¿Cuál quieren escuchar primero?
Y dicen los soldados juntos:
¡Pues la mala primero!
Y el general contesta:
Bueno, hoy comeremos excrementos.
Y todos se quejan y dicen:
Ahora díganos la buena.
Que alcanzará para todos.
Tres mujeres judías hablan sobre cómo tienen el pene sus respectivos maridos.
SARA: Pues Abraham la tiene chiquitita, arrugadita, y un poco oscurita ¿Y Jacob? ¿Cómo la tiene?
JUDITH: ¡Jacob también! Muy parecida.
Hanna se queda callada, y Judith y Sara le preguntan:
- ¿Y tu marido? ¿Cómo la tiene?
Ella responde:
- No sé, no me creerán, pero nunca se la he visto; pero hoy mismo le voy a pedir que me la enseñe.Al día siguiente, llega Hanna francamente maltrecha, cojeando, totalmente amoratada la cara, con un ojo y el labio inferior hinchados. Sus amigas le preguntan:
- ¿Qué pasó?
Hanna contesta:
- Pues ayer le pedí a Isaac que me la enseñara y, pese a quedar muy sorprendido por mi petición, accedió. Cuando la vi, le dije:
- ¡Anda, mira! Igualita que la de Abraham y la de Jacob.
Espero no estén repetidos
y no sean malos en exceso, ¡Saludos!