Cielo gris, de amargas penas,
que te llevas contigo mi pesar,
que del álamo arrancas las venas
con tu aliento al pasar.
Cielo gris, de oscura lluvia,
por tu cuerpo no entra el sol,
cae la bruma y agua rubia,
llueves barro con tesón.
En las flores sólo queda
el pétalo de la melancolía,
por tus nubes sólo vuela
el vestigio de un lúcido día.
Mas esos días acabaron
cuando tus nubes se acercaban,
tus ríos de sangre sepultaron
los campos, las flores se ahogaban.
Las hojas que caen al suelo
directas se van hacia el horno,
ardiendo en la áspera desdicha,
ceniza cae sobre mi hombro.
Ceniza cae sobre mi hombro,
ardiendo en la áspera desdicha,
directas se van hacia el horno,
las hojas de un alma perdida.