Las inusuales propiedades físicas del grafeno han convertido a este material en uno de los principales candidatos para sustituir al silicio en el mundo de la tecnología. El problema reside en que esta sustancia se organiza en láminas del grosor de un átomo, una estructura "bidimensional" que complica hasta el extremo su manipulación y
por ahora imposibilita su uso en la electrónica de consumo.
Con el afán de presentar una nueva alternativa, investigadores de Oxford, Stanford y del Laboratorio Nacional Lawrence Berkeley han centrado su atención en el arseniuro de cadmio con prometedores
resultados. Los científicos han descubierto que este material presenta las mismas propiedades que el grafeno, pero que sin embargo se organiza en una estructura tridimensional mucho más robusta y manejable.
El descubrimiento parte de una
investigación anterior sobre el bismutato de sodio, que aunque también comparte bondades con el grafeno se convierte en polvo en contacto con el aire. Igualmente, las propiedades ideales del arseniuro de cadmio habían sido correctamente previstas con anterioridad por los físicos teóricos Xi Dai y Zhong Fang describiendo una forma mucho más estable durante su manipulación.
"Ahora más gente se dará cuenta del potencial en la ciencia y la tecnología de este material en particular", comenta el líder del proyecto Yulin Chen de la Universidad de Oxford. "El aumento en el interés permitirá progresar rápidamente en este campo, incluyendo la exploración de su uso en dispositivos funcionales y la búsqueda de materiales similares".
Chen llega a sentenciar que esta familia de materiales "puede ser un buen candidato para su uso en el día a día", adelantando su posible llegada al mercado de consumo. "Estamos trabajando con teóricos para ver si existen materiales mejores. Además, podemos usarlos como plataforma para buscar y explorar estados de materia aún más exóticos; cuando abres una puerta, te encuentras con que hay muchas otras detrás".