Quizá algún día te escriba algunas cosas. Como por qué, cada noche cuando llego a casa, miro a la ventana de mi piso esperando ver una luz, esperando que "alguien" hubiese llegado antes que yo. Puede que te cuente que sigo durmiendo en un sólo lado de la cama, porque tengo miedo de extender la mano allí donde las sábanas siempre están frías, y tocar la soledad. Hay muchas cosas que me gustaría escribirte y que quisiera que vieses, y que supieses que cada día, sigue siendo una prueba no menos dura para mi, pero que sigo adelante, porque hice lo que tenía que hacer.
Sabes que aún hoy tu sonrisa es la mía, y haré lo posible porque no se marchite.
Sigue adelante, por ti y por mi, y no te olvides de que los límites de cada uno, los ponemos nosotros mismos.
Un abrazo enana.