Es algo largo, pero creo que es aceptable para ser el primer relato que escribo para EOL.
Otra zorra que alardea de haberse acostado con la mitad del equipo del Real Madrid. Cada vez que cambio de canal de TV me deprimo. Apago la tele.
Hoy llueve, hacía alguna semana que no caia ninguna gota por aquí y la huerta de mi madre comenzaba a secarse. También los geranios de la entrada comenzaban a ponerse mustios. Nadie los riega ni se preocupa por ellos. Reconozco que yo tampoco, aunque mezquinamente me fastidia que casi todo el año se encuentren hechos un asco.
Son casi las siete de la tarde y comienza a oscurecer. Mi hermano ya ha tomado sus pastillas. Desde hace dos años ha estado con un tratamiento para calmarle sus ataques de ansiedad. Comenzaba a gritar y se encerraba en el baño con la luz apagada. Era insoportable pero ahora lo lleva mejor. Creo que voy a dar un paseo. Me gusta pasear bajo la lluvia mientras la gente se apresura y corre a sus casas. En los días así el parque está vacío y suelo ir allí a llorar mientras veo a los patos. No creo que sea un pobre loco, creo que hay algo más allá que determina como ha de ser todo, creo que existe algo que dice si la vida será un camino de rosas o un gran montón de mierda. Creo que a mi me ha tocado el lado malo.
Mi padre era un fracasado. Jamás nos nego nada, él quería a mama y también a nosotros. Era un buen hombre, pero un maldito fracasado en la vida. Trabajaba como conserje de un centro de rehabilitación para los "yonquis". Por las noches se emborrachaba en el bar que está enfrente al centro. Murió hace siete años. Tenía los riñones tan podridos que no pudieron hacer nada para salvarle.
Mi madre está bastante mal desde entonces. Ha empezado a fumar bastante y no quiere salir nunca de casa. No toma la medicación que le ha dado el médico y con lo de mi hermano todavía está peor.
Odio al mundo, odio al mundo entero, la estupidez, la hipocresía, la mentira, la traición, la vanalidad... vanalidad. Sí, el mundo es un caldero de mierda a rebosar, todo es un cúmulo de inutilidad, cosas banales y sin ningún valor. No encuentro nada por lo que pelear.
Sigo en el parque, junto al estanque. Ya no quedan patos. Hoy he llevado conmigo el viejo rifle de caza de mi abuelo. La gente está gritando desde la verja. No les entiendo y me de igual. Solo tengo una idea, apretar este gatillo y olvidarlo todo. hay luces azules y amarillas. Los gritos no cesan. El rifle sigue dentro de mi boca. Es horrible sentir el sabor a pólvora que permanece desde hace años. No me hecharé atrás. Aprieto el gatillo. "Clic"