Siempre es una lástima que se despidan estudios de videojuegos ... pero es que Onrush deja mucho que desear.
No deja de ser un intento de Burnout con buggies, en un entorno montañoso muy soso, que copia mecánicas y monetización de Overwatch (pero sin el carisma de este).
Una idea que podría ser interesante a priori, pero mal ejecutada. Unas vueltas en la demo fueron suficientes para descartar el juego.