Colaboración: HatePlow & Prado escriben a una taza peluda.

Esta idea surgió meses atrás, y por falta de tiempo (a veces de ganas y de inspiración por mi parte) la fuimos posponiendo. Ahora, con una disciplina estoica, hemos completado la colaboración.

La colaboración consiste en tomar una foto común para ambos, y escribir lo que nos sugiere. En otras palabras: dejarnos influenciar por su magnetismo. La foto la eligió HatePlow por su fuerza, y ambos disfrutamos mucho escribiendo para ella.
Había otra condición, más privada que la anterior: no podíamos leer nada de lo que había escrito el otro hasta que el hilo estuviera colgado en EOL. Así será, pues. Y tiene su morbo.

Esperamos que os gusten. Saludos de HatePlow y Prado.-
_____________________________


"La taza peluda", por Hateplow

Esta mañana supuso el principio del fin. Al levantarme, una extraña sensación de soledad me acompañó hasta el baño, donde me aseo todos los dias antes de desayunar. En esta ocasión, en el espejo no apareció mi rostro, sino el de una mujer bastante más joven que yo que esquivaba mi mirada y reflejaba cierta inquietud en su cara.
Decidí salir precipitademente de allí hasta llegar al comedor e intenté calmarme. El enorme felpudo que cubre gran parte de la habitación parecía estar absorbiéndome en ese instante. Fijé mi atención sobre la mesa; al lado de una taza de café, en un folio, escrito con un pulso muy nervioso a deducir por la calidad de la caligrafía me encontré con lo siguiente:

-"Cariño, no he sido lo suficientemente valiente para decirte esto en persona. De sobra sabemos que nuestra insegura relación últimamente no se dirigía a buen puerto, y nuestras continuadas discusiones estaban a punto de romper el timón del barco. Debo decirte que encontré el amor en otra mujer, cosa que estabas intuyendo estas últimas semanas. Esta mañana el café estaba imbebible, muy agrio, al igual que lo serán estos dias para los dos. Lo siento, no tengo palabras para terminar de escribir esto, pues he sido un cobarde. Deseo que tengas mucha suerte en el futuro."

Imagen


"La taza peluda", por Prado

Recuerdo perfectamente aquella mañana. El sol acicalaba la calle desde un cielo azul riguroso. Los árboles presidían el paseo marítimo aportando esa pincelada de verde esperanza que resiste el envite de las olas. El salitre, libre por fin del manto protector que le dio cobijo durante meses, resecaba mi garganta y me recordaba que Eva me había citado a las diez y media en el parque próximo al puerto deportivo. Tras mirar el reloj y cerciorarme de que había llegado treinta minutos antes de lo previsto me dirigí al quiosco, situado en la acera de enfrente. Compré El País y me dispuse a leer la sección de deportes en uno de los bancos que adornan el paseo, frente al parque.
La brisa, sutil y perezosa, mecía mis cabellos y besaba mi cuello. Con ella se acercaba el olor a chocolate que partía de los cafetines para dejarse querer entre los paseantes. Era imposible mantener la concentración y antes de darme cuenta me encontraba de pie, con el periódico perfectamente plegado bajo mi brazo derecho y con la vista anclada en la cafetería.
Decidí sentarme en una de las mesas situadas delante de la puerta de La Boheme porque sólo así podría ver a Eva cuando llegara al parque. Para entonces ya me había acomodado y me disponía a abrir de nuevo el periódico cuando una voz cian me sorprendió por la espalda.

-"¿Qué desea?"

Tenía un timbre tan cálido que matizaba la dulzura de los rayos del sol matutino. En aquel momento no existía nada más: la costa y, tras girarme para ver su rostro, una sonrisa que ya formaba parte del paisaje.

-"Chocolate caliente, por favor. Y un vaso de agua."
-"Perfecto."

Todo estaba saliendo bien, y al darme cuenta de que era el preludio de un apetitoso paseo junto a Eva aumentó notablemente mi gozo. Llevábamos un par de días sin vernos y debíamos seguir ultimando los preparativos para nuestra boda. Ambos éramos partidarios de una boda austera, sencilla, sin relumbrón. Pocos invitados y nada de lujos. Desde el día en que la conocí supe que la discreción era su cualidad más sobresaliente y siempre he sospechado que ella pensaba lo mismo de mí. ¿Para qué dar muestras de una forzada opulencia cuando la verdadera fastuosidad radica en poder compartir un pedazo de nuestras almas?
El reloj del ayuntamiento marcó las diez y cuarto. Sin prisas, alcé la vista hacia el parque y allí estaba ella, inquieta y recién duchada. Había llegado un cuarto de hora antes y eso me hizo sentir bien. Me incorporé sobre la mesa y agité los brazos para saludarla y anunciarle mi presencia. En el momento en que me vio echó a correr y escondió el brazo izquierdo detrás de la espalda. Tan sólo un momento antes me había parecido ver una bolsa en su mano, pero no estaba seguro. La indecisión afilaba mis sentidos y me permitía augurar grandes esperanzas de recibir un regalo que fuera la guinda de tan estupenda mañana.

-"Cariño, es casi imposible estar a la altura de tu puntualidad... creo que a partir de ahora tendré que salir de casa media hora antes de quedar contigo"-le dije antes de acariciar su cabello, aún mojado-
-"No seas bobo. Además, hoy he salido yo antes que tú. Te he traído una sorpresa."

En ese momento fui feliz. Feliz por tenerlo todo, por embriagarme de la sencillez de su mirada. Por encontrarme allí.

-"¿Ah sí? Sorprendeme."

Entonces extendió el brazo izquierdo y sacó una caja de la bolsa. La caja estaba envuelta en un extraño y misterioso papel de regalo. Tan sólo una pegatina rasgaba la quietud del tono pastel del envoltorio. La pegatina deseaba que me gustara el obsequio.
Eva me miraba ansiosamente. No paraba de moverse y eso acrecentaba mi nerviosismo. En un ataque de impaciencia rasgué el papel y abrí la caja.
En el interior había un plato y una taza de café. No me parecía un regalo habitual. ¿Para qué tener una taza y un plato cuando no es posible completar un juego entero? ¿Cómo íbamos a apañárnoslas en casa cuando nuestros amigos vinieran a visitarnos?
Sin embargo, este no era el único problema. La taza y el plato estaban recubiertos de una horripilante masa de pelo marrón que incluso recubría la cucharilla. Era el objeto más desagradable que había visto en años. Aunque se tratara de un mero objeto ornamental consideraba que era un detalle de mal gusto. A pesar de todo, conseguí reprimir mis recelos y mascullé la más diplomática de las respuestas.

-"¿Te gusta, cielo?" -Dijo ilusionada-
-"Cariño, has dado en el clavo. Siempre he querido tener una de éstas. Quedará perfecta en el mueble bar, junto a la cubitera. Incluso podemos llenar la taza de canicas para darle más vida. ¿Qué opinas?"
-"Me parece perfecto".

Y después me besó, y aprecié en su boca el sabor a sueño.
Entonces supe que todo iba a salir mal.
Debo decir que no he podido resistirme a lanzarme a leer el texto de Prado como un poseso sin leer ni siquiera antes el prólogo, ya que esta idea concebida tiempo atrás estaba aún pendiente y me moría de ganas de ver el resultado de esta nueva experiencia.
¿qué he analizado de los dos textos? Pues lo primero es ver si nos ha inspirado algo en común, o algún nexo entre ambas historias, y enseguida he comprobado que sí.
Una de las conclusiones que saco es que ciertamente el objeto de marras nos ha influido en plan negativo, ya que podemos ver que ambas historias tienen por protagonistas a sendas parejas cuya relación se rompe (en mi caso), o no irá por buen camino (como deduce el protagonista del relato de Prado).
Otra es el hecho de que en ambas historias aparece el "reclamo" de "Cariño...", como una especie de preludio que intenta ocultarnos el triste final que se avecina para ellos.
En fin, ahora mismo no sé que más decir, me ha parecido una colaboración muy interesante para comprobar como nos hemos inspirado y reflejado nuestro peculiar punto de vista en base a una fotografía/objeto, y debo decir que ha sido placentero.
Saludos.

P.D. La fotografía la eligió Prado, lo que pasa es que lo vé un objeto tan feo que ahora dice que la elegí yo. Manda huevos! [toctoc] [qmparto]
buenas,
antes de nada deciros que este tipo de experimentos, ejercicios, como queráis llamarlo, me parecen estupendos pq suelen dar frutos, se divierte uno y encima se aprende. Y sólo por eso ya os felicito. Lo de la taza peluda... irremediablemente me viene a la cabeza Cortázar, da mucho juego, eligiera quien eligiera la foto tuvo buen ojo.

Prado, tu relato está muy bien escrito, aunque para mi gusto sobran unas cuantas palabras sobre todo en las descripciones, puede que mucho adjetivo. Por ej: cuando dices que el papel es misterioso y extraño, no lo veo, eso has de crearlo con la atmósfera, y quizá un pelín precipitado el final. Pero me gusta mucho que sigan con la boda, y que la boca sepa a sueño. En general está muy bien.

Hateplow, me ha gustado muchísimo tu relato, pero tienes cosas como "baño: donde me aseo todos los días antes de desayunar", ya sabemos qué es un baño, cuando explicamos se despista al lector. Aún así me ha gustado mucho mucho. Lo del café agrio es buenísimo, porque me resume de un golpe toda la situación en la pareja. Por cierto ¿has leído a Carver? estoy segura de que te gustaría.

[fumando] saludos, nos vemos pa'hí
Bueno, decir que he disfrutado mucho con este tema y es un alivio quitárselo de encima, porque HatePlow es un pesado de tomo y lomo y ha estado machacándome día sí y día también para que escribiera algo... [buuuaaaa]
Coincido en que hay algo en común en nuestros textos; será por el millón de horas que nos tiramos en el messenger jeje. Yo traté de convertir la historia en un melodrama. Está recargada a propósito, aunque es muy posible que el texto se podría pulir algo más y que no haya conseguido la intención que me propuse antes de escribirlo. Me parecía que recargarlo con adjetivos iba en sintonía con la personalidad del protagonista masculino, y me lancé a lo barroco sin piedad. Ahora hubiera quitado algunos sustituyéndolos por otros... pero no le daré más vueltas porque parte del encanto del texto está en cómo lo hicimos, cómo lo planeamos y cambiar el resultado sería traicionar el proyecto. Sin embargo, coincido contigo LChana en que el tema del papel de regalo es un punto muy débil que se me pasó por alto.

Sobre lo precipitado del final; lo he releído y sigue sonándome bastante bien. Quizás la última frase es un punto de inflexión que cada uno puede adoptar a su manera. A partir de esta frase se puede especular mucho. Pero bueno, quizás todo ésto da más satisfacciones extraliterarias que puramente formalistas. He de reconocer que en prosa me siento incómodo y soy flojísimo, pero me divierte de vez en cuando llenar las lineas del wordpad.

Abrazos.
Curiosa e interesante iniciativa la vuestra, aunque en cierto modo cada uno interpreta lo que ve o lee a su manera, así que es algo que en mayor o menor medida se hace constantemente en la vida y en el foro.

El relato de hateplow (que no me ha respondido el mp [+furioso] está bien, es real y a mi me sumerge en la tristeza y agonia del escritor, en cierto modo, como bien dice Lchana, lo del café agrio es un resumen explendido de lo que es el texto.

En cuanto al de prado, por un momento pense que iba a ser algo bonito, de amor puro y final cierto. Pero no, aparecio eva, sinónimo de algo que no se puede alcanzar (para mi, claro y después de leerte durante algún tiempo) y ese final, que hecho por tierra todos mis anteriores pensamientos, para mi buscas de nuevo la tortura en nombre del amor y de la mujer, te ilusionas (como en muchos poemas) para después dejar caer lo que ya sabes, hay cosas que nunca podrán ser. Y encontrar el amor perfecto es imposible.

Bueno, pues aquí está mi humilde lectura de los acontecimientos.
Escrito originalmente por Ninguno
aparecio [b]eva, sinónimo de algo que no se puede alcanzar (para mi, claro y después de leerte durante algún tiempo) [/B]


Ah, amigo Ninguno, en efecto, Eva fue alguien que no se pudo alcanzar (como decía otro poema, una chica con novio)
Escrito originalmente por prado


Ah, amigo Ninguno, en efecto, Eva fue alguien que no se pudo alcanzar (como decía otro poema, una chica con novio)


Eso no es problema... la mia también tenía novio. :O :p
buenas Prado,

yo también lo he releído y para darte el gusto: esta segunda lectura no me pareció tan "precipotado" el final. oh, dioses, me jode tanto rectificar.... por eso me doy el gusto de seguir opinando que realmente está sobraó de adjetivos.
La frase final cierra de puta madre. No parece que se te de tan mal como dices la prosa. No vale dar lástima.

saludos,
Que idea más buena!!!!, la foto es muy curiosa y se pueden sacar muchas historias de esa taza tan....original.

Me han gustado mucho vuestros relatos;

HatePlow coincido con LChana y Ningu en que lo del café agrio plasma perfectamente el fin de esa historia de "amor". Es muy chula la historia.

Prado me parece que tu relato está muy bien escrito por mucho que digas que eres flojísimo en prosa. La verdad es que me he trasladado a esa cafeteria, con esas vistas tan bonitas, incluso me hubiese gustado que fuese más largo el momento de la espera. En cuanto al final también me ha gustado, pero es muy triste, sin esperanzas para el protagonista, pero no van a ser todo finales felices.

Un saludin[bye]
8 respuestas