Han pasado semanas desde que la enviaste. La espera se te hace insoportable, ya no sabes cómo desviar tu atención hacia otra cosa y ese nivel infernal sigue dejándote en el mismo sitio. La ayuda no llega y estás volviendo a jugar juegos que ya te pasaste para no aburrirte, redescubres a tu perro para tirarle una pelota o corretear con él o pasas el rato con tus amigos con la esperanza de que hoy sea el día en que llegue. Pero hoy no será ese día. Vas a dormir con la ilusión de que sea mañana y así unas cuantas noches más hasta que...... de repente suena el timbre..... el corazón te da un vuelco, corres a la puerta y ahí está, el cartero habitual de tu zona, con una sonrisa en su cara, te mira a los ojos y te dice, con ese sobre, con ese inconfundible logo, esto debe ser para ti. Corres como un poseso hasta el salón, enciendes la consola para abrir esa carta con la música apropiada para el momento. Destrozas el lateral del sobre que has estado esperando durante semanas y ahí está esa primera frase, esa frase que te marca, que te hace sentir escuchado, querido y porque no decirlo, en esta ocasión salvadoooo, QUERIDO SOCIO, y ahí está la respuesta a ese enigma que no te ha dejado avanzar, que te ha tenido en vela y cuando lees detenidamente la respuesta te das cuenta de que de una manera u otra ya lo habías pensado y por algún pequeño detalle no funcionaba pero ya está aquí. Por fin es el momento de terminar esa aventura disfrutando de cada segundo, cada imagen, cada nota musical.
Eso era el Club Nintendo, esa suma de emociones que nos embargaba con cada carta, cada llamada, cada vez que salíamos del aprieto en el que el juego había sido programado para atascarnos, desesperarnos, hacernos pensar mas allá para conseguir la solución y avanzar nivel a nivel hasta ese jefe final, el cual haciendo gala de su inconmensurable poder debía hacernos vivir el peor de los infiernos para impedir que consiguiéramos terminar el juego en cuestión. El Club era ese micro mundo donde éramos escuchados. Aunque todo formara parte de una estrategia comercial lograban hacerte sentir especial. Se trataba de una estrategia sencilla pero efectiva, dar un gran servicio para fidelizar más clientes y generar más ventas, y la verdad es que funcionaba a la perfección, pues tus amigos y tus vecinos y los amigos de tus amigos querían formar parte de ese Club, para tener la revista y rapiñar pegatinas o posters, lo que fuera, con tal de engrosar aquellas jóvenes colecciones de la época.
Ya ha pasado mas de un año cuando empece esta odisea, recopilar en la medida de lo posible la historia del Club Nintendo mediante su publicidad y cartas a socios, ha sido un viaje de descubrir un lado de un hobby que me apasiona, totalmente desconocido para mi, y ha sido realmente educativo.
no me quiero enrrollar en explicaciones de cada cosa, ya habra un momento para eso mas adelante, de momento os dejo con un video que enseña en detalle mi coleccion, ya que subir mas de 200 fotos seria saturar el foro, espero que os guste
https://www.youtube.com/watch?v=3fRliS8 ... e=youtu.be