Colegios exclusivos... fábricas de líderes

Las élites eligen EEUU para sus carreras universitarias, pero prefieren los internados de Reino Unido y Suiza para la secundaria. Por Mabel Figueruelo

Si le preguntan a un alumno de Eton qué quiere ser de mayor, puede que la respuesta sea primer ministro. Y tiene muchas posibilidades, porque en sus aulas han estudiado 19 de los 54 que ha tenido el Reino Unido a lo largo de la historia -más de un tercio, y todos conservadores-. El último, el actual primer ministro británico, David Cameron. Eton es el referente educativo en Gran Bretaña, y el paradigma del internado británico (masculino) de élite. Un colegio con seis siglos de vida imprime carácter. Fundado como escuela benéfica en 1441 por Eduardo VIII, la lista de etonianos es tan larga como su historia: desde el duque de Wellington hasta Aldous Huxley y George Orwell -que entró con una beca-, los dos grandes visionarios de la literatura británica del siglo XX. Charles Dickens también mandó a su hijo a Eton.

En sus aulas se ha formado una buena parte de la nobleza y realeza del mundo: Leopoldo III, rey de los belgas; el tercer AgaKhan; el príncipe Dijendra de Nepal, etc. También los príncipes Guillermo y Enrique; de hecho es el centro que les pilla más cerca del Palacio de Windsor. Y el economista John Keynes. Y un buen puñado de premios Nobel, especialmente de física. Y astros del deporte, como el jockey Marcus Armytage o Sir Matthew Pinsent, cuatro veces medalla olímpica (en cuatro Juegos distintos) en remo. Aunque haya otros alumnos más bohemios, como Hugh Laurie (el doctor House).

Más allá de las disciplinas puramente académicas, Eton destaca como escuela de debate. Se les educa en el arte de la negociación y los pactos, lo que le convierte en un excelente laboratorio de políticos. Hay grupos para emprendedores, para aficionados al ajedrez o al bridge, sobre cine, hispanidades, orientalismo, mundo clásico, poesía, política, rock, caballos, vino, filosofía, etc. Ni el dinero ni la posición social compran una plaza en Eton. En la práctica, el dinero un poco sí: los 39.000 euros que llega a costar un curso académico ponen el listón muy alto. Para la escuela, el principal requisito es académico. También hay un (muy reducido) cupo de becas: cada año concede 14 plazas para alumnos sin recursos pero con excelentes expedientes académicos y después de pasar unos exámenes de una dificultad extrema.

Buena parte de los primeros ministros que no han estudiado en Eton lo han hecho en Harrow School, el colegio de Churchill. También estudiaron allí el primer ministro de la India, JawaharkakNehru, y miembros de la familia real de Jordania, Irak y Reino Unido.

Pertenece al mismo selecto universo de edificios neogóticos, claustros y bibliotecas forrados de madera, uniformes oscuros -con corbata y sombrero, por supuesto-, y alumnos millonarios o aristócratas (la gran mayoría) de todo el mundo. El curso escolar ronda los 36.000 euros.

Si Eton, Harrow o el resto de los colegios top británicos -entre ellos Westminster School, de Londres, mixto pero en clases segregadas- no están a su alcance, existe un plan B, Irlanda, donde el precio del curso académico de los colegios privados mejor posicionados ronda los 13.000 euros. Uno de los más prestigiosos es el Saint Columba's, mixto.
Suiza, a la par que el Reino Unido

Junto a Reino Unido, la mayor concentración de internados exclusivos del mundo se mantiene en Suiza: Le Rosey, Aiglon, Alpine, Fleuri, etc, con el soberbio paisaje de montaña como escenario en imponentes edificios alpinos, con planes de estudios a la medida de las clases sociales top que demandan su plaza, por las que se paga una media que ronda los 40.000 euros por curso académico. Se parecen mucho, aunque responden a planteamientos educativos muy diferentes. Para empezar, unos son mixtos (Le Rosey, Aiglon, Alpine) y otros no (como el Fleuri).

Fundado en 1880, el Institut Le Rosey es el colegio privado más antiguo de Suiza. Y la escuela de los reyes. Por sus aulas han pasado el rey Balduino de Bélgica, el Aga Khan, el Sha de Persia o Raniero de Mónaco.Pero se ha sabido adaptar como ningún otro a las necesidades educativas del siglo XXI: Le Rosey, en Gstaad, mantiene como política del centro la admisión de sólo un 10 por ciento de alumnos que hablen un mismo idioma, así se garantiza un mestizaje de culturas que enriquece la formación. Y se cultiva la creatividad: tres orquestas y dos coros, tres compañías de teatro, estudios de arte y fotografía, marcan la diferencia. Las clases se imparten en inglés y francés, pero se estudia un mínimo de cuatro lenguas, gracias a una educación personalizada que fija un tope de cinco alumnos por profesor. El precio del curso ronda los 56.000 euros.

El SurvalMont-Fleuri, en Montreux, es un internado femenino con un plan académico muy personalizado, sólo para 75 alumnas, enfocado a preparar a las futuras mujeres de negocios. Pero también a cultivar el posicionamiento social -con clases de etiqueta y protocolo-, y con un sesgo sexista. Sólo hay que ver la filosofía que desprende su carta de presentación: "Las necesidades educativas de las jóvenes han evolucionado mucho a lo largo de las últimas décadas. Hoy en día ya no sólo tienen que ser las perfectas anfitrionas, sino que deben adquirir sonoros títulos académicos". En su plan de estudios no faltan clases de cocina, repostería y belleza.

El Alpine International BeauSoleil, más conocido como el Alpine, basa su plan de estudios en el equilibrio entre la formación académica, la actividad física, la creatividad y las actividades lúdicas. El curso escolar ronda los 55.000 euros.

En el cantón de Vaud está Aiglon. El acceso a su enseñanza multilingüe (inglés, francés, español, alemán, griego y latín) oscila entre los 30.500 y los 42.000 euros anuales. Es mixto, y el favorito entre los grandes empresarios y la aristocracia europea.
La universidad, mejor en América

La élite universitaria se concentra en Estados Unidos. La última lista Forbes vuelve a colocar a la Universidad de Princeton, en Nueva Jersey, en la cumbre de la excelencia. El curso cuesta 53.934 dólares y cuenta con el mejor programa de becas del país.

Le sigue el Williams College, en Massachusetts (57.141 dólares), el primero los dos años anteriores. El Williams College, una "pequeña universidad liberal de artes" -señala la revista Forbes-, no tiene la fama de otras universidades estadounidenses, pero lleva años por encima de instituciones del prestigio de Stanford, Yale, Harvard o Chicago.

Los más de 57.000 dólares anuales que cuesta el curso no son desdeñables, pero a cambio, sus 2.000 estudiantes obtienen las tasas más altas de graduación de todo el país, además de contar con un buen número de premios de prestigio entre sus estudiantes.

La Universidad de Stanford, en California (57.755 dólares), se sitúa en tercera posición. Le siguen la Universidad de Chicago, en Illinois (59.950 dólares, la más cara en la actualidad); la Universidad de Yale, en Connecticut (58.250 dólares); y la Universidad de Harvard, en Massachusetts (56.000 dólares). La Universidad de Columbia, en la ciudad de Nueva York (59.208 dólares) es la séptima del ranking. Y el Instituto Tecnológico de Massachusetts (55.270 dólares) ha quedado relegado al undécimo puesto. Universidades del prestigio de Yale o Columbia están haciendo grandes esfuerzos para mantenerse en la élite académica universitaria. El año pasado -con datos relativos a 2010- ocuparon las posiciones número 14 y 42, respectivamente.


Link: http://www.eleconomista.es/evasion/noti ... deres.html


Aunque implantar todo eso en un país es imposible, quizás hubiera que copiar la forma de actuar de algunas (idiomas, requesitos, becas....

Lo que no tengo muy claro es si en un internado, realmente se crean personas.
En ocasiones, la consecuencia de un hecho es al revés de lo que a primera vista parece.

Aqui estudian los hijos de las elites (40.000 por curso) por lo que tienen más fácil llegar a puestos destacados.
Además, durante sus periodos de estudio ya empiezan a hacer contactos importantes, con lo que luego tienen más fácil llegar a algo.
El 80% de los que va a esos internados, triunfaría hasta siendo un ni-ni hasta los 40....

Por cierto, es de USA y no de UK ( y a su vez si no recuerdo mal es copia de otra peli italiana), pero me ha recordado a esto:
http://www.youtube.com/watch?v=vunNMLac ... X-szbsYopA
BlackBeard está baneado por "faltas de respeto continuas"
Enchufe.
No toda la gente en buenos colegios/universidades es inteligente, ni toda la gente con carrera o buen trabajo lo merece.
A veces sólo hace falta que papá o el tío de clase alta haga unas llamadas, y hale, a robar dinero público
En buena parte, es normal. Los contactos que uno establece durante el instituto, universidad y demás determinan bastante (o casi toda) sus planteamientos sociales.

Sales por donde salen tus amigos, compartes intereses y actividades extraescolares, etc...

Por tanto, si las élites se juntan en unos mismos centros, los contactos que establecen entre ellos (lo que hoy llaman "networking" en plan pedante) son básicos para su futuro. Futuros banqueros que conocen a futuros candidatos políticos, que a su vez conocen a futuras figuras del deporte o de la ciencia, o futuros herederos de grandes imperios empresariales, etc etc.

Quitando eso, a mí lo que me más me atrae del artículo, lo que más les envidio, es todo el tema de los grupos de debate y de intereses alternativos a lo puramente académico:

Eton destaca como escuela de debate. Se les educa en el arte de la negociación y los pactos, lo que le convierte en un excelente laboratorio de políticos. Hay grupos para emprendedores, para aficionados al ajedrez o al bridge, sobre cine, hispanidades, orientalismo, mundo clásico, poesía, política, rock, caballos, vino, filosofía, etc.


En España se suele considerar una pijada, pedantería o algo así a saber hablar, expresarse correctamente (faltas de ortografía, etc) y debatir más allá de levantar la voz más alto, y en realidad es algo fundamental, para mi gusto.

Y si hablas de imponer requisitos académicos exigentes en un colegio normal -no para millonarios- aquí, te van a soltar el típico rollito del clasismo y de la falta de igualdad (mal entendida, o sea, enrrasando por lo bajo a todos).
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