Ayer martes comenzó en Londres la vista de apelación presentada por los abogados de Gary McKinnon para tratar de evitar la extradición del ciudadano británico a los Estados Unidos, donde podría Gary McKinnon aplicársele la (in)legislación antiterrorista, que comportaría la pérdida de casi todos los derechos civiles que asisten a un acusado en cualquier país civilizado.
McKinnon ha sido acusado por el gobierno norteamericano de haber accedido a ordenadores militares del Pentágono, algo que no deja en demasiado buen lugar la política de seguridad informática del Departamento de Defensa de los Estados Unidos, puesto que este ex-peluquero parece que accedió a tan secretísima información utilizando la popular aplicación comercial de administración remota RemotelyAnywhere.
fuente:
Kritopolis.org