Habrá alguien que saque provecho de esto para jalarse a todos los estudios descontentos con estas medidas.
Parece que las empresas no entienden que no pueden poner tantas restricciones a los estudios de videojuegos que al final son de los que viven, los estudios thirds tienen el sarten por el mango, si algo no les gusta pues emigraran a otro lado donde haya mejores condiciones y el que tiene todas las de perder es la compañía en cuestión dueña de dicho motor.