¿Entonces yo me quedo con Ametsa? ¿Un intercambio? ¿Una orgía de cuatro? Ya lo hablaremos detenidamente
Y bueno, ya que estoy aquí cuento mi historia.
Conocí a mi niño una sangrienta noche de diciembre, mientras jugueteábamos en los charcos de sangre... ahm, no, que no era así.
Conocí a mi niño una noche de fin de año, concretamente aquella en la que estrenábamos el año 2000. Mis tíos, que tenían un chalet a una hora de mi casa, habían propuesto pasar ese día juntos, lo cual me dejó sin planes (ni mi prima ni yo conocíamos el lugar). Aún así, al final, casi de casualidad, encontramos un sitio para salir, una fiesta en un hotel, donde mi prima pilló la borrachera del siglo. Y allí estaba yo, con 17 años y una prima de 15 borracha como una cuba, que estaba siendo acosada por una docena de buitres descontrolados (he de avisar de que mi prima es una rubia despampanante, que ya a la tierna edad de 15 años levantaba pasiones). Yo trataba de controlarla, pero era imposible, sólo pude lograr que se quedara en una zona visible, cerca de la barra, mientras yo me aburría en mi papel de niñera y me dedicaba a dibujar ahorcaditos en el vaho de la ventana. Y entonces apareció él. Enorme, con su larga melena, sus barbas, y una pinta de heavy duro mal disimulada con el traje. Resultó ser amigo de los citados buitres, y estaba tan harto de ellos como yo de mi prima (así que en un principio pensé que se acercaba a mí por aburrimiento). No sé ni cómo apareció a mi lado, simpelmente me giré y ahí estaba, como salido de la nada.
No hubo mucho tiempo para presentaciones, mi prima acababa de entrar en estado de borrachera descontrolada y tuvimos que sacarla del lugar. Que él estuviera allí fue una gran ayuda, ya que yo era una inocente persona que no había tenido experiencia con gente borracha hasta el momento. Así que se encargó de todo y mientras tanto me daba conversación. Y es que si algo me llamó la atención fue su simpatía, su amabilidad, lo agradable que era hablar con él. Casi no me di cuenta de que me estaba seduciendo hasta que me besó.
Estuvimos juntos toda la noche, hablando, mientras me rodeaba entre sus brazos (me encantó que se limitara a eso, sin agobiarme buscando algo más). Así que quedamos al día siguiente. En total pasamos siete días juntos, hasta que cada uno tuvo que volver a su ciudad (él tampoco era de allí). Y entonces llegó la separación. Realmente no había mucha distancia, dos horas en autobús, pero entre la escasez de dinero, las clases, y demás, apenas podíamos vernos una vez al mes. Fue duro, pero teníamos ilusión por estar juntos, Tanta que decidimos que en selectividad sólo pediríamos las universidades de Sevilla, para poder estar el uno con el otro. Eso le llevó a cursar industriales en lugar de teleco (pues la nota sólo le daba en Málaga), pero no lo dudó en absoluto, prefería estar conmigo. Por suerte, luego vio que le atraía mucho más industriales ^^
Y bien, así pasaron los primeros años, yo en una residencia y él en un piso, hasta que el año pasado me decidí a irme a vivir con él. Y casi sin darnos cuenta, hace ya más de cinco años desde que empezó todo. Sigo muy enamorada, igual que el primer día, por no decir más, así que todo es maravilloso... salvo que Roberta se le está insinuando
(lo siento Ro, no he podido evitarlo jeje)
Pues nada, a lo tonto, a lo tonto, he escrito una parrafada cuyo resumen es que nos conocimos por un cúmulo de casualidades, cuyo gracias a las cuales estoy viviendo los mejores años de mi vida