En noviembre de 2020 Volodymyr Kvashuk, un ingeniero de Microsoft,
fue sentenciado a nueve años de cárcel por robar 10 millones de dólares vendiendo tarjetas de regalo de Xbox a cambio de bitcoins. La condena no es nueva, pero sí lo son los detalles que ahora han trascendido gracias a
Bloomberg, que ha publicado un extenso reportaje dedicado al caso. Esta es la historia.
Un fallo, 152.000 tarjetas regalo de Xbox y 10 millones de dólaresComo empleado de Microsoft, el trabajo de Kvashuk consistía en encontrar fallos en los sistemas de pago que la compañía usa en sus tiendas. Para hacerlo el equipo de ingenieros de software simulan compras con una cuenta y una tarjeta de crédito falsa, que el sistema reconoce como ficticias y no completa el pedido. En 2017, cuando Kvashuk llevaba poco tiempo trabajando para Microsoft, recibió varios códigos válidos de tarjetas regalo de Xbox por un valor total de 300 dólares. Él no los había pagado ni eran un regalo.
Fue entonces cuando Kvashuk descubrió que el sistema de pagos de Microsoft tenía un fallo y cada vez que compraba un producto digital como una tarjeta de regalo de Xbox recibía un código de 25 dígitos válido. El ingeniero decidió no avisar a su jefe y empezó a generar códigos de 10 dólares, pero rápidamente saltó a los de 100 dólares. Además, usaba las cuentas de sus compañeros, cuyas contraseñas no eran muy seguras, para ocultar su rastro e incluso llegó a automatizar el proceso con un software para robar a gran escala.
Para vender los códigos Kvashuk operaba bajo el nombre Grizzled Wolf en Paxful, un conocido mercado en línea donde se venden productos por criptomonedas, generalmente bitcoin. El ingeniero ofrecía descuentos del 50 % sobre el precio real de las tarjetas, así que acudían a él muchos revendedores con pedidos de cientos de códigos. Paxful tenía unas medidas de seguridad laxas y Kvashuk podía trabajar de forma anónima, mientras que el registro del
blockchain lo intentó evitar con ChipMixer, una herramienta que puede servir para lavar bitcoins.
Posteriormente Kvashuk transfería los bitcoins resultantes a una cuenta de Coinbase, una plataforma de comercio de criptomonedas, donde los vendía por dinero en efectivo. El ingeniero no estaba mal pagado, cobraba 116.000 dólares al año, pero fue gracias a su actividad como ladrón que pudo llevar un alto ritmo de vida y comprar un Tesla Model S de color rojo por 162.899 dólares así como una casa de 1,6 millones de dólares en el Lago Washington.
Sacaba tantos códigos que provocaba fluctuaciones globales del precio de las tarjetasPero pasados unos meses el negocio que Kvashuk se había montado con las tarjetas regalo de Xbox empezó tambalearse. Los códigos fallaban y los clientes se quejaban. Kvashuk emitió reembolsos, pero algunos llamaron directamente al servicio técnico de Microsoft. La compañía, que había detectado un aumento repentino en el uso de tarjetas de regalo de Xbox, tenía en marcha una investigación que consiguió probar que Kvashuk había robado 10 millones de dólares en tarjetas regalo de Xbox y trasladó el caso al FBI.
Cuando los agentes federales detuvieron a Kvashuk en su casa del lago, encontraron USBs repletos de códigos, dinero en efectivo y una lista titulada “cómo gestionaré mis próximos 10 millones de dólares”. En ella figuraban varias casas, un yate y un hidroavión. Durante el juicio los abogados de Kvashuk dijeron que el joven había generado códigos para que la plataforma Xbox fuera más popular y aumentase el gasto. La defensa se consideró ridícula y el ingeniero fue condenado a nueve años de cárcel y a devolver 8,3 millones de dólares, la cantidad que Microsoft no llegó a recuperar durante su investigación.
Los fiscales afirman que Kvashuk registró tantos códigos que llegó a ser el responsable de las fluctuaciones en el precio de las tarjetas regalo de Xbox en todo el mundo. Si los precios bajaban, el ingeniero detenía su actividad y esperaba que la sequía que había provocado subiera el precio. En total, Kvashuk robó más de 152.000 tarjetas regalo de Xbox por un valor de 10,1 millones de dólares. Este caso también es importante debido a que se trata del primero en Estados Unidos relacionado con bitcoins que tiene un componente fiscal.