jajaja, que buenas soluciones.
Ahí va la mia. Cuando no te vea o no esté en casa tírate uno de esos maravillosos "cuescazos" en su querida almohada. (Repite siempre que tengas un cuesco que soltar)
Es muy reconfortante saber que cuando los dos estéis durmiendo, tú lo harás con una sonrisa.