Con la violencia ellos tienen las de ganar. Tienen tanques y no dudarían en usarlos.
La guerra en los tajos es otro tema. Todas estas sanguijuelas se alimentan de la pasta que chupan, bien directamente, bien a través de jugosas comisiones de sus amos, los grandes empresarios y multinacionales. El corazón de la bestia es el dinero. Una huelga salvaje de una semana y les enviamos a la tumba. Eso sí, todo dios. Sin excusas, sin ostias, no abre ni una tienda, ni cristo pisa una fábrica, no se recoge ni una lechuga, no sale ni un tren, nadie compra ni una bolsa de pipas ni una barra de pan, sin radio ni televisión ni periódicos, no se arregla ni un ascensor ni se abre una oficina. Y se cagan por las patas.