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«Cada ley debe venir del Corán, no de lo que digan los extranjeros»
En una mañana marcada por el terremoto en el sureste afgano, he podido por fin entrevistar al ayatolá responsable de la redacción de la Ley de Familia chií. Mientras llegaba a la madrasa –la misma en la que se concentraron las mujeres el pasado jueves para protestar contra el texto- la radio anunciaba que la tierra había temblado en Nangahar y que al menos 22 personas habían perdido la vida. Esto ocurría a 80 kilómetros de Kabul, donde apenas se han sentido los terremotos de 5,5 en la escala de Richter.
El ayatolá Asif Mohseni me ha recibido en el enorme complejo que dirige a las afueras de la capital y en el que 1.650 alumnos –chicos y chicas- estudian el Corán. La mezquita con la cúpula azul, el color del ladrillo… Todo me recordaba a estos centros de estudios que abundan en Irán, país que ha sido el principal financiador del centro.
“La contramanifestación fue espontánea, si yo hubiera pedido a mis seguidores que se echaran a la calle, miles de personas hubieran venido desde toda la ciudad”, me asegura este anciano de barba blanca, tono reposado y mirada infinita. “En la última semana he recibido a cientos de periodistas y ninguno ha logrado transmitir mis palabras”. Primera en la frente, antes de sentarme y mientras me estrecha la mano me dice que dispongo de quince minutos. Nada más sentarnos sirven té y caramelos y se pone a hablar. La introducción supera los veinte minutos, pero el hombre parece contento y dispuesto a seguir con un monólogo que al final logro atajar con mis preguntas. “¿Qué piensa usted cuando dicen que esta es una ‘ley Talibán’? La sola mención de la palabra talibán enciende al anciano.
Habla de progreso, de la incomprensión de Occidente y lanza una advertencia al presidente Karzai: “si cambia una coma, estará cometiendo un acto contra el Corán”. ¿Igualdad entre sexos? “Esta ley la elimina, desde luego, porque beneficia claramente a la mujer”. Por fin he tenido la ley en mis manos y la he podido leer gracias a la traducción de un colega local. La verdad es que el texto tiene muchos más matices que los que la rumorología ha extendido en los últimos días.
MIKEL AYESTARÁN | KABUL
Dirige la madrasa del Jatamolnadin en Kabul y en esta escuela coránica redactó la Ley de Familia Chií que ha vuelto a poner la situación de la mujer en Afganistán en el punto de mira de la comunidad internacional.
Veterano de la yihad contra los soviéticos y formado en las ciudades santas de Nayaf (Irak) y Qom (Irán), es el gran líder espiritual de esta secta en el país y lamenta que Occidente no envíe a un “verdadero comité de expertos" para explicarles el texto. "Todo este escándalo se basa sólo en rumores porque nadie ha leído la ley”, señala mientras repasa los artículos que preparó hace dos años y que estos días defiende con fiereza.
-¿Qué le parece que su ley sea conocida en Occidente como la “ley Talibán”?
-Muestra el desconocimiento absoluto del texto porque se trata de una ley más avanzada que las occidentales. ¿Piensa alguien que con los talibanes las mujeres podían estudiar o trabajar? Es absurdo.
-¿Por qué es más avanzada?
-Establece unos derechos para la mujer que no existen en otro lugar del mundo ya que obliga al marido a compensar económicamente a su esposa por amamantar a los hijos o hacer las labores domésticas. Se establece también una dote mínima de mil dólares y se obliga al marido a proveer casa, ropa y comida a su mujer. Si ella se pone enferma, él correrá con todos los gastos de su recuperación y si se trata de un hombre rico, deberá además contratar a un trabajador doméstico y ponerlo a su servicio. ¿Les pagan a las mujeres por todas estas cosas en su país?
-Los detractores opinan que vulnera el principio de igualdad entre sexos.
-Es cierto, este texto es un claro beneficio para ellas porque si fuéramos iguales también les tocaría tener que pagar a sus maridos.
-Uno de los artículos más polémicos reza que “la mujer debe acceder a los deseos sexuales del hombre”.
-Así lo establece el Corán, no yo. Lo único que he hecho es trasladar la sagrada escritura a la ley al ciento por cien. Yo no acepto la tradición, esto es sharia. En Occidente una mujer y un hombre pueden tener relaciones sexuales fuera del matrimonio, pero el Islam no lo permite. Aquí, si los dos cónyuges quieren sexo, no hay problema, pero si el que lo demanda es el hombre la mujer debe aceptar a no ser que esté con el periodo, de peregrinación a la Meca o embarazada. Si muere alguno de sus familiares o está enferma, también puede negarse. La ley utiliza la palabra “normal” para definir las relaciones sexuales: ni todos los días, ni demasiado espaciadas, simplemente con una frecuencia “normal”.
-¿Y si pese a lo establecido en la ley, ella se niega?
-El hombre tiene el derecho de dejar de pagarle. En nuestra sociedad el hombre le da todo lo necesario a su esposa y a cambio tiene derecho a mantener relaciones sexuales, ¿no le parece justo?
-¿Puede ella salir de casa sin el permiso del hombre?
-Claro que puede, sólo tiene que incluirlo como cláusula en el contrato de matrimonio.
-En el texto original usted recogió la figura del matrimonio temporal que en la ley final ha desaparecido, ¿piensa que tendrá algún efecto esta ilegalización en la práctica?
-Ninguno. Somos chiís y creemos en esta forma de unión temporal. Por mucho que la ley lo desautorice, lo primero es la religión y el ‘ziga’ seguirá existiendo.
-¿Podrá superar Karzai la presión internacional en este tema?
-Un alto diplomático estadounidense me visitó ayer y me aseguró que no tocarían una coma porque se trata de un asunto interno. Pero si Karzai cambia la ley, estará actuando en contra del Corán porque el texto se basa de forma rigurosa en el libro sagrado. Y también contra la Constitución, que dice expresamente que cada ley debe venir del Corán, no de lo que digan los extranjeros.
-Un grupo de mujeres protestó ante su mezquita el pasado jueves y fueron apedreadas.
-No fue culpa mía, si yo hubiera pedido a mis seguidores que salieran a la calle hubieran sido miles los presentes y no unos cientos como el otro día. Fue una reacción espontánea de la gente que demostró que la gran mayoría está con el Islam y apoya la que es, sin duda, la mejor ley posible para nuestras mujeres.
siddhartha escribió:eXplendor cultural
_Charles_ escribió:siddhartha escribió:eXplendor cultural
En cualquier otro contexto habria pasado olímpicamente de mencionarlo, pero en este habia que hacerlo.
_Charles_ escribió:En cualquier otro contexto habria pasado olímpicamente de mencionarlo
-Los detractores opinan que vulnera el principio de igualdad entre sexos.
-Es cierto, este texto es un claro beneficio para ellas porque si fuéramos iguales también les tocaría tener que pagar a sus maridos.