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Torregassa escribió:Siguiendo el razonamiento, podríamos aplicarlo a los políticos negligentes.
Lástima que no haya cárceles suficientes.
MistGun escribió:seaman escribió:MistGun escribió:
En serio, tío, coges todo lo que digo y lo reinventas. Me niego un post más a tener que matizar lo que he dicho realmente y tu has tergiversado. En serio, demasiado para mi. Para ti la perra gorda. He tenido suficiente ya. Sabes mucho más del tema que los que nos hinchamos años estudiándolo, geólogos, gente de CC.AA, y todo lo demás. Somos unos fails y tú eres un genio que a base de wikis nos pwnea a todos juntos, es lo que querías, ¿no? Eah... pues ya está.
PD: Lo del Pinatubo mírate un documental antes de poner esa información.
Si soy de ambientales muchacho, así que no me digas que se y que no se, además de que cuando yo la di, tenía mucho más temario y no ahora que es cuatrimestral. Pero bueno, no se puede predecir un terremoto de esta maginutad, por lo tanto es una chorrada que los condenen.
Preguntale a tu profesor de geología a ver que te dice.
De repente eres de ambientales!
Y tu sin decir nada... Venga, muchacho, of course. Encima colgandote medallas sobre el temario. Y en los post anteriores parecía que no tenías ni puta idea de nada y de repente de ambientales.
Como dije antes. Que no discuto más nada contigo.
Edito: estwald esta diciendo básicamente lo que llevó diciendo todo el hilo.
Artículo publicado por Nicola Nosengo el 22 de octubre de 2012 en Nature News
Seis científicos y un funcionario sentenciados a seis años de prisión por el terremoto de L’Aquila.
Tras un juicio de 13 meses, se ha encontrado culpables de homicidio a seis científicos y un funcionario del gobierno, y se les ha sentenciado a seis años de prisión. El veredicto se basó en cómo evaluaron y comunicaron el riesgo antes del terremoto que sacudió la ciudad de L’Aquila el 6 de abril de 2009, matando a 309 personas.
Protestas populares tras el terremoto de L’Aquila © by Stéphane PIA
La audiencia tuvo lugar en el edificio prefabricado de las afueras industriales de L’Aquila que ha sido la sede provisional del juzgado desde que el terremoto destruyó el centro de la ciudad. Cuando el juez Marco Billi leyó el veredicto, la sala estaba llena de parientes de las víctimas, periodistas de medios locales e internacionales y muchos ciudadanos comunes. Además de la condena a prisión, los acusados serán apartados del servicio público durante un año y tendrán que pagar una compensación económica a las familias de las víctimas, con un promedio de 100 000 euros por cada una de las 29 víctimas implicadas en la acusación.
Los acusados tomaron parte en una reunión que tuvo lugar en L’Aquila el 31 de marzo de 2009, durante la cual se les pidió que evaluasen el riesgo de un gran terremoto a la vista de las muchas sacudidas que había sufrido la ciudad en los meses anteriores. La reunión fue inusualmente rápida y vino seguida de una conferencia de prensa donde el Departamento de Protección Civil y las autoridades locales tranquilizó a la población afirmando que esas pequeñas sacudidas no aumentaban el riesgo de un gran terremoto. De Bernardinis dijo en una entrevista en televisión (grabada poco antes de la reunión) que “la comunidad científica me dice que no hay peligro debido a que hay una descarga de energía en proceso”, una afirmación que la mayor parte de los sismólogos consideran científicamente incorrecta.
De acuerdo con los demandantes, tales mensajes de calma fueron la razón por la que las 29 víctimas, que de otro modo habría abandonado L’Aquila en los siguientes días, cambiaron de idea y decidieron permanecer allí, falleciendo finalmente cuando sus hogares se derrumbaron. Los demandantes acusaron de homicidio a los siete miembros del panel, razonando que su “inadecuada” evaluación del riesgo había llevado a que se dieran al público unos mensajes científicamente incorrectos, lo cual contribuía a un mayor número de bajas.
Los siete condenados incluyen a Bernardo De Bernardinis, por entonces vicepresidente del Departamento de Protección Civil de Italia, que durante este tiempo se ha convertido en Presidente del Instituto para Protección e Investigación Ambiental (ISPRA); Enzo Boschi, presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV); Giulio Selvaggi, director del Centro Nacional de Terremotos; Franco Barberi, vulcanólogo en la Universidad de Roma “Roma Tre”; Claudio Eva, profesor de Física Terrestre en la Universidad de Génova; Mauro Dolce, director de la oficina de riesgos sísmicos de Protección Civil; Gian Michele Calvi, director del Centro Europeo para Aprendizaje e Investigación en Ingeniería de Terremotos.
En su alegato final del lunes por la mañana, los abogados defensores resaltaron que los demandantes no había logrado demostrar un vínculo causal claro entre lo que sucedió en la reunión y las muertes. “Las actas de la reunión no se hicieron públicas antes del terremoto. No hubo nota de prensa ni comunicados oficiales. Por tanto, ¿cómo podrían estar provocadas estas muertes por lo que dijeron los científicos en la reunión?”, se pregunta Marcello Melandri, el abogado de Boschi. También apuntaron que la acusación se basaba principalmente en la recopilación de los parientes de las decisiones de las víctimas en el momento del terremoto, lo que puede ser poco fiable.
La sentencia fue una sorpresa incluso para el fiscal, Fabio Picuti, que había solicitado una condena de cuatro años. “Tendremos que leer los motivos del juez para comprender el porqué”, dice, rechazando hacer más comentarios. En Italia, el juez tiene hasta tres meses para rellenar los motivos tras una sentencia.
Selvaggi y Dolce estuvieron en el juzgado durante la audiencia final, pero declinaron realizar comentarios. De Bernardinis dijo que la sentencia probablemente “afectará a la forma en que los expertos asumen sus responsabilidades en las situaciones de crisis”. Melandri fue más explícito. “En Italia ahora verás muchas más falsas alarmas en tales situaciones debido a que los expertos elegirán la alerta cuando tengan dudas. Al final cada vez habrá menos credibilidad”.
De acuerdo con Vincenzo Vittorini, que representa a la asociación “309 Martiri” (309 mártires) que reúne a las familias de las víctimas, “hemos estado diciendo desde hace tres años que se subestimaron los riesgos sísmicos en L’Aquila, y ahora un juez ha confirmado que estábamos en lo cierto. Aun así este veredicto es amargo debido a que implica que esas muertes pudieron evitarse. El veredicto debe ser un punto de partida para cambiar la forma en que se realiza la prevención de riesgos en Italia, no tenemos los mismos estándares que en otros países”. Los abogados defensores han anunciado que apelarán el veredicto. Las sentencias no se harán efectivas hasta que se hayan agotado las apelaciones.
“la comunidad científica me dice que no hay peligro debido a que hay una descarga de energía en proceso”, una afirmación que la mayor parte de los sismólogos consideran científicamente incorrecta
Estwald escribió:http://www.cienciakanija.com/2012/10/23/un-tribunal-italiano-encuentra-culpables-de-homicidio-a-seis-sismologos/#more-15604Artículo publicado por Nicola Nosengo el 22 de octubre de 2012 en Nature News
Seis científicos y un funcionario sentenciados a seis años de prisión por el terremoto de L’Aquila.
Tras un juicio de 13 meses, se ha encontrado culpables de homicidio a seis científicos y un funcionario del gobierno, y se les ha sentenciado a seis años de prisión. El veredicto se basó en cómo evaluaron y comunicaron el riesgo antes del terremoto que sacudió la ciudad de L’Aquila el 6 de abril de 2009, matando a 309 personas.
Protestas populares tras el terremoto de L’Aquila © by Stéphane PIA
La audiencia tuvo lugar en el edificio prefabricado de las afueras industriales de L’Aquila que ha sido la sede provisional del juzgado desde que el terremoto destruyó el centro de la ciudad. Cuando el juez Marco Billi leyó el veredicto, la sala estaba llena de parientes de las víctimas, periodistas de medios locales e internacionales y muchos ciudadanos comunes. Además de la condena a prisión, los acusados serán apartados del servicio público durante un año y tendrán que pagar una compensación económica a las familias de las víctimas, con un promedio de 100 000 euros por cada una de las 29 víctimas implicadas en la acusación.
Los acusados tomaron parte en una reunión que tuvo lugar en L’Aquila el 31 de marzo de 2009, durante la cual se les pidió que evaluasen el riesgo de un gran terremoto a la vista de las muchas sacudidas que había sufrido la ciudad en los meses anteriores. La reunión fue inusualmente rápida y vino seguida de una conferencia de prensa donde el Departamento de Protección Civil y las autoridades locales tranquilizó a la población afirmando que esas pequeñas sacudidas no aumentaban el riesgo de un gran terremoto. De Bernardinis dijo en una entrevista en televisión (grabada poco antes de la reunión) que “la comunidad científica me dice que no hay peligro debido a que hay una descarga de energía en proceso”, una afirmación que la mayor parte de los sismólogos consideran científicamente incorrecta.
De acuerdo con los demandantes, tales mensajes de calma fueron la razón por la que las 29 víctimas, que de otro modo habría abandonado L’Aquila en los siguientes días, cambiaron de idea y decidieron permanecer allí, falleciendo finalmente cuando sus hogares se derrumbaron. Los demandantes acusaron de homicidio a los siete miembros del panel, razonando que su “inadecuada” evaluación del riesgo había llevado a que se dieran al público unos mensajes científicamente incorrectos, lo cual contribuía a un mayor número de bajas.
Los siete condenados incluyen a Bernardo De Bernardinis, por entonces vicepresidente del Departamento de Protección Civil de Italia, que durante este tiempo se ha convertido en Presidente del Instituto para Protección e Investigación Ambiental (ISPRA); Enzo Boschi, presidente del Instituto Nacional de Geofísica y Vulcanología (INGV); Giulio Selvaggi, director del Centro Nacional de Terremotos; Franco Barberi, vulcanólogo en la Universidad de Roma “Roma Tre”; Claudio Eva, profesor de Física Terrestre en la Universidad de Génova; Mauro Dolce, director de la oficina de riesgos sísmicos de Protección Civil; Gian Michele Calvi, director del Centro Europeo para Aprendizaje e Investigación en Ingeniería de Terremotos.
En su alegato final del lunes por la mañana, los abogados defensores resaltaron que los demandantes no había logrado demostrar un vínculo causal claro entre lo que sucedió en la reunión y las muertes. “Las actas de la reunión no se hicieron públicas antes del terremoto. No hubo nota de prensa ni comunicados oficiales. Por tanto, ¿cómo podrían estar provocadas estas muertes por lo que dijeron los científicos en la reunión?”, se pregunta Marcello Melandri, el abogado de Boschi. También apuntaron que la acusación se basaba principalmente en la recopilación de los parientes de las decisiones de las víctimas en el momento del terremoto, lo que puede ser poco fiable.
La sentencia fue una sorpresa incluso para el fiscal, Fabio Picuti, que había solicitado una condena de cuatro años. “Tendremos que leer los motivos del juez para comprender el porqué”, dice, rechazando hacer más comentarios. En Italia, el juez tiene hasta tres meses para rellenar los motivos tras una sentencia.
Selvaggi y Dolce estuvieron en el juzgado durante la audiencia final, pero declinaron realizar comentarios. De Bernardinis dijo que la sentencia probablemente “afectará a la forma en que los expertos asumen sus responsabilidades en las situaciones de crisis”. Melandri fue más explícito. “En Italia ahora verás muchas más falsas alarmas en tales situaciones debido a que los expertos elegirán la alerta cuando tengan dudas. Al final cada vez habrá menos credibilidad”.
De acuerdo con Vincenzo Vittorini, que representa a la asociación “309 Martiri” (309 mártires) que reúne a las familias de las víctimas, “hemos estado diciendo desde hace tres años que se subestimaron los riesgos sísmicos en L’Aquila, y ahora un juez ha confirmado que estábamos en lo cierto. Aun así este veredicto es amargo debido a que implica que esas muertes pudieron evitarse. El veredicto debe ser un punto de partida para cambiar la forma en que se realiza la prevención de riesgos en Italia, no tenemos los mismos estándares que en otros países”. Los abogados defensores han anunciado que apelarán el veredicto. Las sentencias no se harán efectivas hasta que se hayan agotado las apelaciones.
Lo remarcado en negrita es lo que considero relevante. En particular lo de este quote:“la comunidad científica me dice que no hay peligro debido a que hay una descarga de energía en proceso”, una afirmación que la mayor parte de los sismólogos consideran científicamente incorrecta
Es decir, el problema no es que estos señores no "predijeran" el terremoto, si no que no tomaron ninguna medida preventiva y encima, negaron la mayor absurdamente (si científicamente no se puede predecir, no se puede predecir ni en un sentido ni en otro) con lo cual... es lógico atribuirles cierta responsabilidad
.
A la espera de conocer los argumentos de su condena, Enzo Boschi confió a la prensa italiana: “Estoy desesperado. Pensaba que sería absuelto. Todavía no entiendo de qué se me acusa…”.
Tampoco lo entiende parte de la comunidad científica internacional, que desde que se abrió el proceso no ha dejado de apoyar a sus colegas encausados. “Se les quiere convertir”, es la advertencia más generalizada, “en el chivo expiatorio de los políticos. Las casas se cayeron porque estaban mal construidas. No se les puede condenar por no prever algo imposible de prever”. Los abogados de los expertos ya han anunciado que recurrirán la sentencia, que además de los años de cárcel incluye la imposibilidad de volver a ocupar un puesto público, una compensación a las víctimas de 7,8 millones de euros y las costas, que ascienden a 100.000 euros. La entonces presidenta de la provincia, Stefania Pezzopane, del centro-izquierda, ha declarado: “Esta sentencia requería valor y los jueces lo han tenido. Al fin un poco de justicia para L’Aquila”.
La polémica ha saltado en Italia tras salir a la luz que un científico predijo, supuestamente, el terremoto que ha sacudido el centro de Italia este lunes, pero las autoridades le acusaron de propagar el pánico.
Los primeros temblores en la región se sintieron a mediados de enero y continuaron a intervalos regulares. Al parecer, algunas caravanas equipadas con altavoces recorrieron L'Aquila hace un mes para intentar que la población abandonase sus casas después de que Giacchina Giuliani, sismólogo del Instituto Nacional de Astrofísica, predijera que se aproximaba un gran terremoto. El Gobierno italiano ha insistido en que la predicción del sismólogo no tenía fundamento científico.
Giuliani, que basó su predicción en las concentraciones de gas radón, fue denunciado a la policía por "extender la alarma" y obligado a retirar sus predicciones de la red.
La agencia de Protección Civil convocó una reunión de un comité de científicos en L'Aquila el 31 de marzo para tranquilizar a la población. "Los temblores [...] son parte de una secuencia típica... absolutamente normal en un área sísmica como la que hay alrededor de L´Aquila", declaró la agencia en un comunicado. El director de la agencia, Guido Bertolaso, se ha referido a esa reunión en una conferencia de prensa con el primer ministro, Silvio Berlusconi: "Es imposible predecir un terremoto. Este es el punto de vista de la comunidad científica internacional".
Enzo Boschi, director del Instituto Nacional de Geofísica, ha manifestado que el problema real de Italia es su tradicional incapacidad para tomar las precauciones necesarias, a pesar de su historia de terremotos con consecuencias trágicas.
La Fiscalía pedía cuatro años de cárcel, mientras que la defensa solicitaba la absolución de todos ellos, según informan los medios italianos. Tras cuatro horas de deliberación y poniendo fin a un juicio que arrancó en septiembre, el juez Marco Billi ha condenado a los expertos a seis años de prisión.
La defensa basó sus alegatos en la imposibilidad de predecir los terremotos, para lo cual presentó como aval la opinión de varios expertos que coinciden en esta misma tesis. Los siete condenados previsiblemente no irán a prisión a la espera de un probable recurso.
La defensa basó sus alegatos en la imposibilidad de predecir los terremotos, para lo cual presentó como aval la opinión de varios expertos que coinciden en esta misma tesis. Los siete condenados previsiblemente no irán a prisión a la espera de un probable recurso.
Estwald escribió:Predecir y prevenir no son la misma cosa: nadie puede predecir que mañana en un obra se caiga un ladrillo desde lo alto, pero si se puede prevenir poniendo redes y usando casco un problema que puede que en toda tu vida laboral no tengas.
La duda del tema es hasta que punto los expertos la cagaron y hasta que punto fue una decisión política, por que claro, no es los mismo decir: "no podemos predecir un terremoto" que asumir "no hay ningún peligro de terremoto" y no hacer absolutamente nada.
Y no solo eso: los expertos si pueden evaluar los riesgos potenciales en caso de haber un terremoto con determinada fuerza para determinadas estructuras y quizá eso se haya echado en falta y por eso tienen el marrón que tienen.
Y si fue un cargo político el que dijo que no pasaba nada y ellos sabían que si había un riesgo potencial y que estaba mintiendo, pues debieron darle réplica por que ahora mira que marrón se han buscado (si fueron allí de escaparate para cobrar la pasta mientras los políticos los usaban para tranquilizar sin cuestionar cómo los estaban usando, la culpa es de ellos)
chucki05 escribió:Menos mal que alguien paga por algo en Italia. No como en España