A cada respiración, se desgarra un poco más... Noto cómo se desgaja mi pecho a cada bocanada. Tomo aire, entrecortadamente, y me alivia. Me alivia el aire fresco. Pero al exhalarlo, me atraviesa, me desgarra el pecho; lo corta lentamente. Se divide en dos pedazos. Queda unido por unos pocos hilos. Y noto cómo salibo en exceso, cómo mis ojos de inundan, se desbordan descontroladamente. No lo puedo evitar. Hay una grieta que me atraviesa el pecho y duele... Duele. Puedo sentir cómo se separa cada vez más. Cómo me presiona cada vez más... Y un poco más. Un poco más...
Siento un vuelco, cada segundo. Mi estómago se retuerce, se da la vuelta alegremente, cosquillea. Revoltoso, se agita en mi interior, nervioso y exultante. Sólo con una mirada, con su mirada, ya consigue que mi estómago dé volteretas de alegría en mi interior. Me flaquea e incordia, ilusionado.
¿Qué clase de conexión hay entre las emociones y lo físico? ¿Qué conexión hay entre la tristeza y el intenso dolor en el pecho? ¿Por qué las palabras hieren y hacen daño físico? ¿Qué conexión hay entre el enamoramiento y el estómago?