Confieso que las luces de la ciudad me hacen revivir. Confieso que me moleste que la gente diga que últimamente estoy oscura, que mi ropa es oscura y mi sonrisa ya no ríe. Confieso que las cosas nunca salen como es esperado. Confieso que me alegra mucho que hayas dicho que ojalá mañana viniese, y que no te vas a reír cuando baile bajo los focos.
Confieso que casi me enamoré de ti el día que me dijiste que soy fantástica, que me ofreciste un croissant porque sí.