Siempre he sido de tener algún gato, por lo que ya es habitual en mí que los cables nunca queden a la vista o a su alcance.
En cuanto al pelo, yo al mío lo cepillo cada semana, y paso la aspiradora a diario, pero como habitualmente los educo para que no se suban por los muebles nunca he tenido problemas de tener pelos en las consolas ni nada parecido.
El único problema que puedo tener es cuando juego con mando con cable y el gato se lía a jugar con el cable, pero generalmente con una voz le disuado.
¡Ah!, siempre intento que la consolas no puedan caerse de un tirón, aún así, intento ponerlas en sitios no muy altos, por si acaso.
Ho!