Construyen en Lizarraldea la primera casa con fardos de paja de Euskal Herria

Aunque parece cosa de cuentos, es muy real. Dos jóvenes se han construido en un pueblo navarro la primera casa de paja de Euskal Herria. Y allí viven, encantados de la vida, satisfechos porque la han hecho en «auzolan» y siguiendo criterios ecológicos, y además porque les ha salido bien barata.

Una noche llegaron varios jóvenes a la casa de paja y se pusieron a aporrear las paredes, mientras hacían comentarios como «pues sí que parece resistente». Manuel y su compañera ya están acostumbrados a cosas así. Todos los fines de semana reciben una media de ocho a diez visitas, atraídas por la novedad y la curiosidad. «Pero no todas las visitas son bienvenidas», afirman, porque ya se sienten «un poco agobiados, sobre todo cuando llegan personas que nos vacilan y nos hacen chistes con los tres cerditos».

Por este motivo, piden que no aparezca el nombre del pueblo _un rincón de Lizarraldea_ ni sus identidades. Prefieren mantener su anonimato y ruegan que las visitas se limiten sólo a las personas realmente interesadas en este tipo de construcciones alternativas.

«Cuando viene gente interesada, con respeto, les atendemos, les damos información e incluso estamos dispuestos a echarles una mano si quieren levantar su propia casa de paja, porque a nosotros también nos han ayudado. En cambio, otras personas llegan y se te meten hasta adentro, aunque estemos comiendo. Un día llegaron doce personas a la vez, y la verdad es que es un poco asfixiante. Nosotros no estamos aquí de exposición, ni esto es un museo. Es nuestra vivienda», señala la joven sin acritud.

La idea de construir una casa de paja fue de su compañero Manuel. «Ví en una revista que estaban construyendo un granero de paja en Inglaterra y pensé que también se podría hacer una casa. Me cautivó la idea por lo sencillo y lo rápido que era _recuerda_. Te la puedes hacer tú mismo sin tener nociones de albañilería ni de construcción, aunque en algún momento puntual necesites la ayuda de un carpintero».

Al poco tiempo cayó en sus manos un boletín en el que se explicaba el proceso de construcción de una casa de paja. Y se dijo: «Esto es lo que yo quiero». Y lo que quería era «algo sencillo, bioclimático y a tono con nuestra filosofía de vida».

A través de unos cursos de permacultura supo que otros jóvenes se iban a hacer una casa de paja en Alicante, y hasta allí se fueron Manuel y su compañera, a echarles una mano y a aprender cómo se hacía. Además, allí coincidieron con Iñaki Urkia, un arquitecto tafallés experto en construcciones bioclimáticas, que luego les realizaría el proyecto de su casa.

La oportunidad les llegó cuando tuvieron opción de comprar un terreno barato en un pueblo de Lizarraldea. Se pusieron manos a la obra el pasado mes de julio. Después de echar unos «cimientos de castillo, con toneladas de grava», para cumplir con la normativa legal, levantaron las paredes con fardos de paja en dos días.

«El primer día, dos personas trabajaron tres horas y levantaron la mitad de la casa. El resto lo hicieron entre otras cuatro personas en una sola tarde. La fase de la paja es muy emocionante _recuerdan_, porque viene gente a ayudar, se crea un ambiente muy bonito y ves que las paredes enseguida van para arriba. Luego comienza la colocación del tejado y el trabajo se ralentiza mucho».

Aun así, construir esta casa de paja y madera les ha llevado cuatro meses. Al principio su intención era disponer de una vivienda mayor, pero el invierno se les ha echado encima y no han podido concluir el proyecto. De momento, se han tenido que conformar con 45 metros cuadrados exteriores y 36 interiores. Estos últimos estaban destinados a taller, pero los han habilitado como vivienda hasta que puedan retomar la construcción. «Hemos dejado una puerta falsa _señala Manuel con la mano_. Cuando queramos construir lo que falta, no tenemos más que tirarla y comunicar las dos partes».

¿Y no se va a caer, ya va a durar?, es lo primero que les preguntan muchos visitantes. «Si está bien hecha no tiene por qué caerse», es la respuesta de su compañera. «Nosotros queremos difundir este tipo de viviendas porque creemos en ellas, por su durabilidad, porque mantienen una buena temperatura, porque se utilizan materiales de reciclaje... Pero queremos que se difunda hacia el sector que realmente le interesa», añade Manuel.

«Te ahorras mucho dinero»

A su juicio, este tipo de viviendas puede convenir sobre todo a gente joven: «Con una casa pequeña es suficiente, y si luego tienen hijos, pueden añadir nuevas habitaciones. No nos parece bien construir casas mucho más grandes de lo que necesitamos, o utilizar mármol y otros lujos para marcar un determinado estatus. Creemos que lo importante es cubrir la necesidad de una vivienda».

Ambos aclaran que la casa de paja que se han construido es pequeña porque así lo han querido. «Pero que sea de paja no quiere decir que tenga que ser necesariamente pequeña _insisten_, porque puedes hacerla tan grande como quieras».

Lo que es evidente es que resulta mucho más barata que las viviendas convencionales, entre otras cosas porque «no hay constructores que la hagan y te la tienes que hacer tú, y de esta forma te ahorras un montón de dinero de mano de obra». Los únicos profesionales que han contratado han sido para hacer el raseo de las paredes, trabajo que requiere una máquina especial. La madera, el revoco de las paredes, el techo y las tejas es lo que más dinero cuesta. Aunque todavía no han hecho cuentas, calculan que los gastos totales «no llegarán ni a 24.000 euros». Para ellos, «lo importante es no hipotecarse con los bancos, no entrar en el juego del derroche, sino todo lo contrario, irse a vivir al campo con una filosofía de vida en la que la casa es una pieza más».

Por ello, más que el aspecto económico valoran «la calidad de vida» que les proporciona una vivienda así, explica Manuel mientras añade un nuevo tronco a la chimenea. A pesar del intenso frío exterior y de que todavía faltan algunas rendijas por tapar, el interior de la vivienda mantiene un calor agradable y casi constante.

A la vista de su experiencia, animan a los ayuntamientos a impulsar este tipo de iniciativas ofertando terreno barato. «¿Por qué construir chalés de 180.000 euros cuando puedes vivir en una casa de 18.000 con una buena calidad de vida?», se pregunta Manuel, y su respuesta es inmediata: «Porque no le interesa al sistema» y explica que valoran la recuperación del trabajo en auzolan, el hecho de «ayudarse mutuamente, en un ambiente agradable, viendo que todos colaboran desinteresadamente».

En el Estado español hay otras casas de paja, pero esta es la primera que cumple la ley. Ha «superado» cuatro normativas : la de Nafarroa, la del valle, la del pueblo y la de la urbanización del Ayuntamiento.



Muy resistente al paso del tiempo
«Las casas de paja tienen más resistencia al tiempo que una estructura de hormigón». Así lo afirma Iñaki Urkia, arquitecto tafallés experto en construcciones bioclimáticas que realizó el proyecto para esta casa de Lizarraldea.

Iñaki Urkia asegura que la vida útil del hormigón armado es de unos 50 años, mientras que la paja puede resistir el doble. Recuerda que una de las primeras casas de paja que se construyeron en Europa fue en 1925, en el Estado francés, y que hace poco le hicieron unas pruebas, analizaron la paja y constataron que «se mantiene en unas condiciones estupendas».

«La gente cree que el hormigón armado es para toda la vida, y no es así. Al cabo de unas décadas _añade_ hay que hacer consolidaciones mediante refuerzos de fibra de carbono».

¿Entonces, por qué no se utiliza más la paja?, le preguntamos. «Por desconocimiento _responde_. Aquí hemos empezado a dar los primeros pasos, pero es muy poco. Apenas hay información en libros y aún no se enseña en las escuelas de arquitectura».

Urkia remarca los beneficios de tipo ecológico de las casas de paja, porque suponen «una mínima afección a la naturaleza, un mínimo impacto ambiental, poco consumo de energía en su construcción y en su mantenimiento, se utiliza material renovable y que no emana CO2 en su fabricación. Es una maravilla. Y si se acaba cayendo, tienes un montón de abono, pero no escombros difíciles de sacar».

Eso sí, admite que las casas de paja son más apropiadas para pueblos que para ciudades, «pero también se pueden hacer en barrios periféricos, porque la paja admite hasta cinco pisos de altura máxima».

En cuanto al precio, calcula que una casa de paja viene a costar «unas 360 euros por metro cuadrado construido, es decir, unos 36.000 euros por una vivienda de 100 metros cuadrados, pero sale más barato si la autoconstrucción es del cien por cien».

En Nebraska se utiliza desde hace un siglo

En Euskal Herria se están dando los primeros pasos en la construcción de casas de paja, pero en Nebraska ya comenzaron hace un siglo. Su desarrollo ha sido espectacular en EEUU, donde ya existen medio centenar de asociaciones de constructores de casas de paja. Internet está siendo el mayor medio para su difusión. En casasdepaja.com se recoge mucha información sobre las ventajas que tienen, la forma de construirlas, aspectos legales y técnicos, bibliografíaŠ «Lo importante es que la casa tenga los pies secos y la cabeza protegida», resume el arquitecto Iñaki Urkia.

http://www.gara.net/idatzia/20050102/art94855.php


curioso... te compras un terrenito "baratillo" y te montas tu la casa....

salu2
Lo que no se dice es que para que las casas de paja cumplan con unos requisitos de habitabilidad y seguridad comparables con los de una vivienda "sólida", las paredes han de estar compuestas no sólo por paja, sino por capas de tierra y cal, con lo que ya nos estaríamos acercando a un nivel similar al de las clásicas casas de adobe. No hablemos ya del pavoroso riego de incendios o los problemas de humedad e higiene.

Conozco algo el tema de la arquitectura biológica y una casa "de paja" bien hecha y que ofrezca lo mismo que una vivienda moderna no sale tan barata.

Edito: Que alguien intente vivir en una casa de fardos de paja y verá que risa en cuanto entren las pulgas [+risas]
pero no deja de ser interesante que haya alternativas ...

yo creo que no podria vivir en una casa de esas.... y menos echa por mi.... [qmparto]

salu2
A mi no me parece barato 360 €/m^2 ni mucho menos. En la ciudad si, pero en un pueblo es más caro inlcuso que una de obra.

Y a mi me daría un poco de miedo vivir en una casa tan inflamable...
bueno como ultimo recurso debe estar bien antes ke dormir en la calle, pero joder, ke yo he estado en el campo de mis awuelos en un granero y es horrible.

La humedad de las balas de paja cuando despues de llover toca el sol y desprende ese calorcillo axfisiante, el olor, la humedad, los bixillos, la suciedad.
Buff debe ser bastante xungo vivir alli, estamos demasiado bien acostumbrados a los lujos de hoy en dia.
Joer, que guapo eso de una choza hecha de paja. Lo malo es eso: las pulgas y que a la minima se incendiara.
5 respuestas