En los tiempos de los 8 bits, tenía mi MSX al que le pegaba unas palizas tremendas los fines de semana. Un domingo después de comer me puse a darle al vicio como siempre, pero al ir a cambiar de juego, las pilas del cassette se habían agotado y aquello no iba de ninguna manera. Me entró un mono histérico tremendo, como si fuera fumador y se me hubiera acabado el tabaco.
En casa no había más pilas. Intenté los trucos de meterlas en el congelador y en el horno pero nada.
Era finales de julio sobre las 4 de la tarde, con 37 grados a la sombra en la calle, en aquella época estaba todo chapadísimo, no como ahora que bajas al chino y listo. Yo me puse histérico y decidí salir a la calle a buscar algún sitio abierto donde vendieran pilas sin hacer caso a las advertencias de mi madre. Me pateé media ciudad buscando un kiosko que tuviera pilas, al final lo encontré y volví a casa arrastrándome, deshidratado y con síntomas de insolación.
Me puse a jugar, pero empecé a sentirme mal, me dolía la cabeza y al final tuve que meterme en la cama, pasé una tarde y noche horrorosas vomitando.