Crónica de una relación marchitada

Pues otro más que se une a la lista de los corazones rotos. Estoy completamente destrozado, a un nivel que no es posible describir con palabras. Estoy con ansiedad y llorando a mares. Curiosamente, justo antes estaba leyendo el hilo de "¿La vida en pareja tal y como la conocemos se está acabando?", y ya os digo yo que sí. Pero empecemos por el principio...

Conocí a mi novia hace muchos años. Yo había quedado con mis amigos para hacer un botellón, aunque nunca me han gustado. En aquél entonces yo tendría entre 22 y 24 años. Ella tiene tres años menos. Aquella noche, Paula (vamos a llamarla así) apareció. Me la presentaron y nos caímos bien. Desde ese instante, pudimos notar una pequeña chispa en nuestras miradas. Fue una noche divertida en la que ambos tuvimos algo de "tonteo". Sin embargo, nada más ocurrió. Al poco tiempo, ella se fue a vivir a Valencia con un chico (somos de Barcelona) y yo empecé una turbulenta relación a distancia con una chica de Madrid que duró solo unos meses. Paula, en cambio, estuvo soportando una relación tóxica con su pareja, apartada de todo y de todos, durante un par de años.

Años más tarde, habiéndola olvidado por completo, Paula se pone en contacto conmigo a través de las redes sociales. Un simple "me gusta" en alguna foto y a raíz de eso, comenzamos a quedar. Me entero de que su antigua relación pasó a mejor vida y que ha regresado a la ciudad en la que vivimos. A partir de ahí, vamos quedando y estrechando el lazo a una amistad que lentamente empieza a brotar signos evidentes de atracción e interés adicional. El sentimiento va aflorando progresivamente hasta que, una noche, bajo las estrellas de la playa, ella me besa. Y ahí comienza una nueva etapa que, aún llena de dudas y inseguridades por parte de los dos, acaba desembocando en el anuncio de nuestra relación oficial, justo en año nuevo.

El primer año de relación es indescriptible. Es algo de película, algo idílico propio de los guionistas más románticos de Hollywood. Vivimos toda una clase de momentos únicos y pasionales. Momentos que se te quedan grabados en la retina y en tu cabeza de por vida, porque es casi imposible que en un mundo tan real e imperfecto como el que nos ocupa, pueda regalarnos situaciones tan idílicas y perfectas.
Ahora bien, ambos somos muy diferentes y desde el inicio hay discusiones y de forma reiterada. Sin embargo, poco a poco vamos aprendiendo y mejorando.

Sin embargo, llega la pandemia y ahí se empieza a torcer todo. Ella se encuentra sin estudiar ni trabajar, aunque recientemente se había sacado su segundo grado superior. Por mi parte, comienzo un grado superior y lo complemento con un trabajo. El segundo curso, tres cuartos de lo mismo: clases por la mañana y prácticas por la tarde. Estos dos años me los paso estudiando y currando como un cabrón y al finalizar el título, con la llegada del verano, continúo trabajando en un puesto de verano. Durante todo este tiempo, desde el inicio de mi ciclo superior, yo estoy bastante ocupado. En cambio, mi pareja tiene demasiado tiempo libre y no sabe cómo ocuparlo. Lo intenta de diversas maneras, pero le falta constancia y determinación.

Toda esta situación desemboca en un contraste muy marcado entre el contexto de mi pareja y el mío. Es decir, yo llegaba agotado a casa de estudiar o currar y necesitaba descansar, sin la mascarilla y sin demasiado jaleo. Lo último que quería era coger un tren para irme a Barcelona a pasear. En cambio, mi pareja necesitaba salir de su casa y hacer todo tipo de actividades, como ir a la montaña, etc. En resumen, nos encontrábamos en dos puntos totalmente opuestos y ambos, respetables y lógicos. Los fines de semana sí que compartíamos más actividades de salir fuera. Y en mi opinión hemos hecho muchos planes de ocio exterior la mar de chulos, pero para mi novia era insuficiente. Ella comenzó a hundirse en un pozo por no sentirse realizada, debido a su situación y el añadido de la pandemia. Lentamente, su amargura la va consumiendo hasta afectar a la relación.

Durante muchísimos meses, desde el inicio del covid, la ayudo y le doy consejos para que se sienta activa, como apuntarse a danza, hacer ejercicio, desarrollar hobbies o buscar un trabajo de verano. Pero como decía, le falta constancia. Las discusiones se vuelven cada vez más fuertes y recurrentes, hasta llegar a un punto en el que la relación se vuelve bastante tóxica. Surgen las dudas, sobretodo por parte de ella, diciendo que se siente con ansiedad porque nos ve cada vez más diferentes. Y sí, lo somos. Somos la noche y el día, pero creo que eso nunca supuso un problema hasta la llegada del covid. Ahí, más que la personalidad de cada uno, lo que comenzó a crear problemas fue las circunstancias o el contexto que nos rodeaba. Ni más ni menos. Pese a todo, nunca dejamos de hacer planes, aunque este último año descuidamos el hacer viajes o planes de pareja, sin amigos. Eso sí que marcó el porvenir de los eventos.

La llama se va apagando, más por su parte que por la mía. Yo soy más luchador, pero no es suficiente. Noto que tiro del carro de la relación durante muchísimo tiempo, recibiendo unos malos tratos que no me merezco, aunque intento ser empático debido a su estado tan deprimido y vacío.

Hoy por hoy, y tras una crisis que nos ha llevado al límite, decidimos dejarnos un tiempo y un espacio, para evitar que lleguemos a una pelea que nos separe definitivamente. Pero ahora, durante este espacio, ambos contemplamos la posibilidad de que no volvamos juntos y que quizá, si se da la oportunidad, quedemos como amigos. Quizá así nos hagamos más bien al otro. Quizá no estamos hechos el uno para el otro, pero miro atrás, todo lo vivido juntos y se me rompe el corazón. Pienso que no volveré a sentir algo semejante al primer año. No obstante, creo firmemente que en algún lado hay alguien hecha mucho más a mi medida.

La conclusión de todo esto, es que no hay mucho espíritu de lucha. Ella me confesó hace poco que yo he sido un novio de 10 y aunque sé que eso no es cierto, he sido un novio magnífico (que no perfecto). Lo triste es que ni aún así es suficiente como para ser feliz toda una vida con una persona. Da igual que yo intente ser el mejor novio del mundo. Al final mi novia se dejó llevar por la crisis de la pandemia, y en vez de aferrarse a mis consejos o a la ayuda profesional, se deja llevar por la desesperanza. Ella dice que esto no es por mi culpa, que el problema lo tiene ella, pero tampoco me consuela. Por una parte, me siento algo aliviado, pero por otra estoy completamente destrozado. La relación estaba muy mal, pero si seguimos en espera, es porque lo nuestro ha sido un enamoramiento de primerísimo nivel. No sé qué será de nosotros. No sé qué es lo que quiero o qué es lo que siento. Estoy muy confundido, perdido y asustado. La quiero con locura, ha sido el amor de mi vida y la persona a la que más he amado. Pero creo que ahora mismo tan solo la quiero y mucho. Hoy he ido al cine solo, sin ella, y me ha resultado durísimo. Siempre íbamos juntos.
Esto es una mierda, aunque creo que lo estamos llevando de forma bastante madura, dialogando y pensando de forma razonada. Gracias por leer toda esta novela, necesitaba desahogarme.
Entiendo como lo ves ahora, pero no creo que la rotura fuera por la pandemia. Al final todos nos escudamos con esa excusa de la pandemia. Yo también he sufrido después de años, justo 1año antes de la pandemia. Estas cosas pasan y ni antes era tan bueno ni ahora tan malo. Simplemente se acabo el amor.

Solo puedo decirte que animo y a cuidarse uno mismo, a pensar en ti mismo y crecer.
Puede que hayáis roto porque se ha acabado el amor por una parte. Si es así, poco puedes hacer.
No se puede obligar a otra persona a querer.
Y si, quererse a veces es tolerarse, cada uno con sus propios gustos y personalidad.
Por lo que entreveo, y haciendo un orden cronológico, han sido 3-4 años de relación y estaréis rondando la treintena.
Nunca es tarde para rehacer cada uno su propia vida.
Si no estáis juntos es porque no sois adecuados uno para el otro.
Pero si, estoy de acuerdo, cada vez se aguanta menos.

Por cierto, no idealices la relación, amor verdadero y demás. Yo me lleve casi 8 años con mi primera pareja y aunque nunca de olvida del todo, es muy raro que ma acuerde de ella. Así que tranqui, que todo pasa.

Para esa ansiedad y estrés que te generas tu mismo, lo mejor es el deporte. No tiene porqué ser apúntate al gym, pero si viene bien andar, correr, activarse vamos.

Ánimo y un saludo!
No te preocupes, yo con mi primera ex me tiré 8 años y medio, y pensé que era el amor de mi vida en su momento.
Luego con la siguiente, 5 años y éramos prácticamente iguales en todo, era una media naranja completa, y también se acabó dejando.
Actualmente estoy casado con una persona que veía en el gym desde que estaba con mi primera ex, y tenemos hijos en común (4 para ser exactos), y quién me iba a decir que esa chica que veía yo en el gym en su día, que saludaba, qué en ocasiones ayudaba, qué tenía pareja entonces....íbamos a acabar juntos....la vida da muchas vueltas y te acabas dando cuenta de cómo era cada persona. Sé fuerte y ánimo ratataaaa
(mensaje borrado)
Se ha producido una confusión de roles que ha perjudicado la relación. Has pasado de ser su pareja desde el punto de vista afectivo, a desempeñar el papel de padre y/o de hermano, o de compañero. Has descubierto sus puntos débiles y tratado de apoyarla, pero eso ha roto en cierta manera, la magia del misterio en la relación.

Porque en una relación tiene que haber algo de misterio. Si está todo claro, la magia se rompe.

Ella como mujer necesita ser contemplada con admiración, no con compasión. "La compasión es una forma benigna de maltrato" dice Michael J. Fox y tiene razón. Cuando compadecemos a una persona aunque queramos ayudarla sinceramente, le estamos también haciendo algo de daño.

Hace años conocí a una chica que tenía muchas virtudes pero se sentía miserable y triste debido a que no había conseguido terminar sus estudios primarios. Intenté ayudarla sinceramente. Le busqué un centro público de adultos, a poca distancia de su casa, donde podía sacarse la ESO asistiendo a unas clases, con muchas garantías de éxito. Yo creía que así hacía algo bueno por ella. Pero lo tomó como una ofensa y me dejó de hablar.

En conclusión: hay personas a las que no puedes ayudar y el hecho mismo de querer ayudarlas las ofende.
Hay muchos factores a tener en cuenta, y cada uno te vamos a dar una opinión distinta. Por ejemplo, puede que ella pese a no ser constante sea competitva? Quizá vea en tí lo que ella no logra ser (estudio y trabajo) y sienta celos.

Y bueno ser un nini es muy bonito en el pensamiento general, pero quema (y a veces uno trata de salir del bache sin ayuda), no le des demasiadas vueltas, has dado lo que has podido, has aprendido, y ya llegará algo más adecuado para tí :)

En cuánto se te pase la pena, verás que te sientes "liberado" al no tener esa carga todos los días. Eres una persona ocupada, y guste o no, tu tiempo deben valorarlo. En un futuro quizá dispongas de más, pero ahora mismo das lo que puedes.
Quintiliano escribió:Se ha producido una confusión de roles que ha perjudicado la relación. Has pasado de ser su pareja desde el punto de vista afectivo, a desempeñar el papel de padre y/o de hermano, o de compañero. Has descubierto sus puntos débiles y tratado de apoyarla, pero eso ha roto en cierta manera, la magia del misterio en la relación.

Porque en una relación tiene que haber algo de misterio. Si está todo claro, la magia se rompe.

Ella como mujer necesita ser contemplada con admiración, no con compasión. "La compasión es una forma benigna de maltrato" dice Michael J. Fox y tiene razón. Cuando compadecemos a una persona aunque queramos ayudarla sinceramente, le estamos también haciendo algo de daño.

Hace años conocí a una chica que tenía muchas virtudes pero se sentía miserable y triste debido a que no había conseguido terminar sus estudios primarios. Intenté ayudarla sinceramente. Le busqué un centro público de adultos, a poca distancia de su casa, donde podía sacarse la ESO asistiendo a unas clases, con muchas garantías de éxito. Yo creía que así hacía algo bueno por ella. Pero lo tomó como una ofensa y me dejó de hablar.

En conclusión: hay personas a las que no puedes ayudar y el hecho mismo de querer ayudarlas las ofende.

Yo creo que la cita de M.J. Fox va por otro sentido, que si ves a alguien con Parkinson no digas (ni pienses) "uii pobrecito que no puede beber por si solo" o cosas así. Lo que tú hiciste fue darle hecho a alguien algo que no necesitaba que hicieses, pudo pensar que serías un pesado o que serías controlador intentando guiar su vida, no es como si intentases abrirle una puerta o algo así, para ese grado de orientación que diste hay que tener ya cierta confianza, que no sé si la tenías.
(mensaje borrado)
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Soy yo o se está volviendo esto de las relaciones super egoísta y sálvese quien pueda/ir a su bola.
Cataphractus escribió:Yo creo que la cita de M.J. Fox va por otro sentido, que si ves a alguien con Parkinson no digas (ni pienses) "uii pobrecito que no puede beber por si solo" o cosas así. Lo que tú hiciste fue darle hecho a alguien algo que no necesitaba que hicieses, pudo pensar que serías un pesado o que serías controlador intentando guiar su vida, no es como si intentases abrirle una puerta o algo así, para ese grado de orientación que diste hay que tener ya cierta confianza, que no sé si la tenías.


En mi caso sí habíamos hablado bastante y me había confesado la vergüenza y lo acomplejada que se sentía por no tener los estudios primarios terminados. Por eso, quise ayudarla partiendo de ahí.

El error estuvo en pensar que esta persona tenía intención de superar esa situación. Yo creo que no tenía intención alguna de salir de ella. Y mi actuación no tuvo nada ni de controlador porque aunque le busqué un centro público de estudios, lo más cerca posible de su casa, en ningún momento di sus datos ni realicé gestión alguna en su nombre. Me limité a localizar el centro y consultar si disponíán de ese tipo de servicio, como si lo hiciera para un amigo. Hoy con internet y sabiendo buscar lo puede hacer cualquiera que se lo proponga.

Hay gente que no estudia por que no puede, afortunadamente cada vez menos. Y gente que no estudia porque no quiere, porque su discurso de "es que no puedo, no tengo oportunidad, no me aceptan, no me dan una plaza" no se sostiene en cuanto encuentras un sitio donde sí le admiten.
Lo que dice @Quintiliano es verdad..hay gente que no estudia ni trabaja porque no quiere..y hasta buscar trabajo le da pereza..
A sido lo mejor que te a pasado ,que se acabe todo y al tiempo te darás cuenta.. diferente es que una persona este enferma y no pueda trabajar y otra es que no quiera trabajar ni estudiar y lo más fuerte es que encima que tú trabajas para mantener a los dos y estudias a la vez,te acuse o se sienta mal porque llegues cansado y no puedas ir a la montaña o a excursiones o donde sea para tenerla contenta..
Ella no entiende que estás cansado porque no sabe lo que es trabajar..por mucho que te diga que entiende que llegues cansado en realidad no es verdad.. porque además no sabe lo que es estar cansado de trabajar..no sabe que es esa sensación..ni tiene intención de trabajar para salir adelante los dos..lo que demuestra que en realidad la relación no le importaba..para ella era comodidad y tener a alguien hasta que se cansó..

Te has librado de una buena y ahora imagino que la mantienen sus papás...

Si te llama es por dos cosas..sus papás se cansarán de mantener a una mujer de 30 años o estaba realmente conociendo a alguien por internet se encaprichó y le sale la jugada mal..me extraña mucho por lo que cuentas que alguna vez está persona trabaje..
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Sinceramente creo que el amor en esta pareja sigue, el problema es que ella se ve perdida porque tiene todo el tiempo libre para ella y no sabe gestionarlo, mientras que tú estás trabajando y estudiando. Yo me he sentido así en algún momento que otro cuando mi pareja trabajaba y yo tenía todo el tiempo para mí, es difícil de controlar este aspecto pero si se quiere se puede. Quizás esta separación os haya servido, sobre todo a ella para darse cuenta de si realmente quiere continuar la relación, pero es evidente que tiene que cambiar, si tiene todo el tiempo libre para ella que aprende a gestionarlo, que salga, que se apunte al gym, que vaya a clases, que estudie, que haga currículums y que busque trabajo. Cosas para hacer hay, pero hay que dar el paso.
No creo que sea el problema de si estáis enamorado o no, el problema es básicamente el tiempo libre que tiene ella y sin embargo tu no tienes tiempo, pues mientras ella tiene ganas de hacer mil cosas tú tienes ganas de hacer 4, OJO que es normal porque estás cansado, no tienes mucho tiempo libre como ella.
@Quintiliano En eso estoy de acuerdo, un error pensar que quería (o que podía) salir de la situación. Pero además una persona que se deja orientar a ese nivel es una persona que acaba desarrollando dependencia, así que igual se dio cuenta y cortó por eso.
(mensaje borrado)
De vez en cuando vamos hablando y nos confesamos que nos echamos mucho de menos o que se nos hace raro no compartir el tiempo juntos. Estoy asustado porque no tengo ni idea de a dónde nos va a llevar esto. Odio estar en el limbo. Una parte de mi desea estar con ella, pero otra piensa que nos hemos quemado demasiado hasta el punto de vernos incompatibles como pareja. No descarto ser amigo de ella en el futuro, pero aunque suene contradictorio, no sé si seré capaz de ello. Lo único que sé es que no quiero que desaparezca de mi vida. Necesito saber que está bien y que podemos ayudarnos mutuamente, como siempre hemos hecho. Me da tanta pena que esto haya acabado así... Es muy injusto. Pero es cierto, la segunda mitad de la relación yo ejercía más la labor de padre que de pareja...

Y aquí entra el tema de la dependencia. A mí me han educado para pasarlas canutas desde pequeño y esforzarme para conseguir lo que quería. Es decir, todo me lo he tenido que pagar de mi bolsillo, obligándome a trabajar en curros muy desalentadores desde temprana edad.
Ella se ha criado sobre algodones y su familia le ha proporcionado todo cuanto ha querido. No es una chica precisamente madura y su familia o la vida en general, que ha sido tremendamente dulce con ella desde que nació, la ha desprovisto de las herramientas más esenciales para luchar por algo y valorar las cosas buenas.Por eso, en cuanto ha llegado una crisis en su vida, no ha sabido gestionarlo ni tampoco empatizar conmigo.

Por otro lado, la pobre está cada día peor. Empeora a pasos agigantados. Podríamos estar hablando de una depresión. Personalmente, he llevado el tema de la pandemia bastante bien. Soy una persona luchadora y que sabe adaptarse con facilidad a las circunstancias de cada momento. Por ejemplo, durante el confinamiento me entretuve mucho con un videojuego que realmente no me apasiona. Tengo muchos hobbies y muy variados. Si me falla uno, pues me vuelco con otro. Así de simple.

Todo lo contrario a ella, que se desmorona porque lo que más le apasiona es bailar y al cerrarse las discotecas durante tanto tiempo, le ha afectado muchísimo. Antepone el ocio como lo más importante que hay en la vida. Para ella la felicidad es pasárselo bien y hacer muchas cosas. Pero en mi opinión, ese es un pensamiento inmaduro. La felicidad es algo mucho más profundo y complejo, como el disfrutar de los pequeños detalles, ver el lado positivo de lo minúsculo, o montar un proyecto personal. Además, no sabe pasárselo bien sin más gente. No sabe disfrutar sin sus amigos. No sabe disfrutar consigo misma y eso me parece un problema enorme. Es alguien excesivamente dependiente.

Además, no sabe valorar lo bueno que hay en su vida. Su familia tiene bastante dinero y por ello gozan de un piso realmente espectacular, con una terraza privada en la que salían a tomar el sol y hacer barbacoas durante el confinamiento. Pero ella no para de repetir que se sintió totalmente aislada, sola y encerrada.
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