Bueno, creo que el tema no necesita más explicación, me acabo de jalar conscientemente un bote de tomate caducado.
Todo se remonta a hace 45 minutos, cuando me levanté del ordenador para hacerme un poco de arroz con huevos fritos. Todo perfecto, creo que es la primera vez que me sale un arroz tan en su punto y unos huevos que podrían usarse como modelo en un anuncio de Arguiñano.
Lo echo todo para el plato, le doy un par de vueltas y lo pruebo. Cojonudo, pero como me gusta darle a todo una pizquita de tomate, pues fui a la nevera a por el bote que tenía... ya acabado. Así que le pido a mi madre que me acerque otro bote del armario, mientras iba a ver cómo se terminaba de grabar un disco.
Llego y lo encuentro todo bien, lo abro y empiezo a echarlo encima con todo el ansia que me caracteriza a la hora de comer. Cuando veo que no sale ni rojo ni anaranjado, sino negro. Acto seguido miro la fecha de caducidad y caducó el año pasado -.-
A pesar de eso, soy tan vago que por no hacer la comida (ni una pizza precocinada, esas las dejo siempre para cenar) me lo he comido, mezclando un poco con otro tomate que sí estaba bueno.
He de decir, que sabía como a vinagre del malo, y deja un regusto extraño en la boca. De momento no me ha pasado nada, así que supongo que no pase ya. Pero me sorprende que a pesar de estar en ese estado, no me haya pasado nada aún (lo comí hace 20 minutos).
Si consigo superpoderes conservaré el bote, lo tengo en un estante de la cocina a espera de ser analizado bajo microscopio a ver que bichitos me he jalao.