Crónicas de Alguna parte by RAN (No escribir).

Hacia frio. La brisa nocturna revolvía los árboles que murmuraban entre si y la luna, tan misteriosa y pálida como los ultimos años, mostraba sus debiles reflejos.
-tengo un presentimiento.....el aire huele a muerte-murmuro Aderis fijando su mirada en el extraño firmamento
-........los acontecimientos se adelantan y no es buena señal. Sabes que yo marcharé pronto hacia tierras lejanas y que no es probable que vuelva...
-¡No le dejaré ir!No dejare que arriesgue su vida por....
-la razon, por los pueblos, mi hora ha llegado joven mago, pero tu no debes temer, mi poder y mi sabiduria son ahora tuyos.
-¡No!-Aderis sintió por primera vez el tacto de la soledad que crecía en su interior-yo no puedo, es.....¡No se vaya!
-No huyas-le replicó severamente y el mago pudo ver en sus ojos una expresion que jamas habia observado en su viejo maestro, miedo.
-ahora mismo podrias hacer volar el universo entero si te lo propusieras, qué es lo que te retiene en este mar de dudas...
-¿Pero....y....para que?-Aderis, confuso, sintió que el rastro de juventud que quedaba en su interior se desvanecía por momentos-no entiendo el origen de vuestras palabras ni.....
-Te necesitan, lo sabes, de ti dependen la vida de millones de gentes.
-Llevo años quitando y otorgando vida segun mi voluntad...siempre ha sido asi, los mas fuertes dominan. Pero aún asi, los hay mas fuertes que yo.....
-Es tu destino, y nada de lo que hagas te apartara de el. Lo entenderas cuando llegue el momento. Vive tranquilo pero...cuando veas que el bosque avanza*... ponte alerta-apoyó la huesuda mano en el tembloroso hombre del joven y suspiró.

*una pekeña alusion a mi querido Shakespeare(Hamlet)


Había buen ambiente. La música se oía desde fuera del local y la gente entraba y salía sin parar. Era el único hostal en kilometros a la redonda y solía reunirse alli toda la gente que tenía alguna relación con la magia o que de hecho la manejaba. Aderis habia venido solo, con un unico proposito en la cabeza, quitarse todos aquellos problemas de la cabeza y descansar...de una vez...
La presencia de elfos en aquel lugar no estaba bien visto, pero el mago era ya asiduo. Asiduo a fumar tabaco del norte el pipa y a sentir por su garganta el fuerte sabor del licor de la casa (NdR:licor de mora silvestre)
Aspiró profundamente su pipa y se relajo, dejando que aquella sustancia corriera por sus venas y le llenara de aquel irresistible placer. Se abrió la puerta, y sobresaltado, abrió los ojos. Un capitán y varios elfos se hallaban a la entrada del local....

El tabernero les indicó la posicion del joven...¡No!Era imposible, ¿acaso era él?Aderis sacudió la cabeza, no, no dormía...era Athern.
Hacia ya diez años que su maestro habia marchado y le añoraba como el primer dia. Y el ver a su hermano de nuevo le hizo recordar...si no estaba en peligro, ¿qué era lo que fallaba entonces?
Su hermano...el tiempo que habia pasado desde su destierro era incontable, desde que abandonó North´s Roda, el pais de los sueños, a donde la gente va y de donde nadie quiere volver. Y de hecho, de donde nadie vuelve. La mayor comunidad de elfos, de tez blanca y ojos claros, la mas poderosa, la mas peligrosa.
Se acercaron hacia él y por un momento se atravesaron el uno al otro con la mirada. Uno con arrogancia, el otro con orgullo. Se olvidaron del lazo de sangre que una vez les habia unido y les invadió un sentimiento de ira, furia incontrolable corria por las venas de Aderis, el cual no pensaba dejar que su olvidado hermano arruinara su aventajada posición.
Un mago y un capitan...estaban condenados el uno al otro. El mago se levanto, poco a poco, mirando a su hermano y ambos se echaron la melena hacia atras, uno con odio, el otro con victoriosa mirada de triunfo. La brillante armadura de Athern se reflejaba en las copas de las estanterias del local. El guerrero se apoyo en su espada y la madera crujio. El murmullo habia cesado y un circulo de curiosos se hallaba en torno a ellos.
-¿No piensas decirme nada?-pregunto el capitan, acariciandose la barbilla, intentando no pensar, evitando recordar...pero Aderis se giro y se dirigio hacia la puerta.
-¡No huyas!-corrio Athern tras él, pero la tranquilidad de Aderis se sentia en el ambiente, tenia la mente en blanco. No, no dejaria que el mago se saliera con la suya. No, de nuevo no. Dos elfos oscuros, aprendices de Aderis salieron tras ellos y los soldados del capitan, por un momento, dudaron sobre que hacer.
-No pienso arrodillarme ante ti...¡elfos oscuros!...eres...-comenzo
-¡Calla traidor! o moriras...-exclamo entonces Aderis, habia perdido la razon. Su hermano, de nuevo juntos, otra vez.-Di lo que tengas que decir y vete-añadió.
Athern aspiro profundamente, habia llegado la hora de la verdad.
- No vengo en busca de compasion ni consejo. Vengo a reclamar lo que es nuestro...tu y tu poder. Aunque sea en el fondo, eres de los nuestros y tu deber es ayudarnos...
-No te veia tan hipocrita hermano...has cambiado...la ambicion te ha consumido, ¿y te atreves a preguntarme eso? Me desterrasteis y me negasteis como uno de los vuestros. No deberia ni escucharte, eres un falso, un...cuando veas la naturaleza del peligro que se acerca, te arrepentiras del ejercito que llevas contigo.
-Veo que sabes de lo que te hablo, pues ahi tienes la razon de mi visita- lo elfos se removieron y cuchichearon, mas no se atrevieron a decir palabra. Los soldados, asustados, habian retrocedido y observaban a Athern cautelosos.
Athern...-comenzo Aderis, acercandose de modo desafiante a su hermano-estais enterrados bajo vuestras propias cenizas...ya es tarde-continuo acercandose a él, su hermano iba a sentir el panico mas profundo desde lo mas hondo de sus entrañas...pero algo le hizo detenerse en su proposito, habia algo que...aquel sentimiento de duda que una vez habia tenido presente, diez años atras, volvio de nuevo a hacerse notar. La brisa furiosa y los arboles y su murmullo se hicieron potentes entonces. La capa de Athern le hacia invisible por momentos, y tan solo los ojos, quedaban como parecido entre los dos hermanos. A la luz de la luna, la piel de Aderis se veia curtida y arañada por el sol, parecia uno de sus contrarios...Athern no habia llorado su partida ni ahora lloraria su encuentro.

-Mira en lo que te has convertido...¿y puedes llamarte elfo? Llevas ropas malgastadas, rotas, no cubres tu cuerpo ni con una capa. Vagas por el mundo sin un hogar, siembras el miedo ahí donde vas...¿tu piel?, rozada por el sol. Te dedicas a practicar eso que tu llamas magia, ¿pero contra quien? Tu enemigo es tu pasado que ahora te persigue. No puedes hacer nada. Te has destrozado.
- Mi hogar es el mundo y mi dios el tiempo. Mi magia, la salvación de aquellos que la solocitan. Me respetan y somos reclamados yo..y mi poder. Soy un elfo que no se cubre con nada porque no teme a nada. Persigo las leyes injustas e impongo las mías. He aprendido del mejor maestro y acepto a todo aquel que quiera unirse a mi. El universo...es mío.
-¿Y me llamas hipócrita?-replicó Athern, acercandose él esta vez- pretendes hacerte el dueño del mundo de la mano de un puñado de inútil magia, creyéndote el mejor. Pero hay algo que si te voy a decir: olvídate de todo lo relacionado con North´s Roda y con mi familia. Nunca fuiste de los nuestros y...nunca lo serás.
-Ya lo hice hace largos años y es algo que no necesito recordar...soledad, ¡esa es mi compañera!-el mago soltó una sonora carcajada. Su poder salía irradiado de su cuerpo. Desempuñó su espada el guerrero con vanos ánimos de encararse con su hermano. Pero Aderis aprovechó de nuevo la situación, y levantando su mano, un remolino de polvo le cubrió por entero. Varios rayos acudieron a él y las nubes, arrastraron su posición encapotando el cielo bajo él. Los árboles se encogieron y cerraron en un vicioso círculo del que nadie podría salir siendo el de antes. El viento cesó, y el cuerpo de Athern comenzó a sentir el temor, que surgía de sus entrañas y le hacía encoger. La piel de la palma de la mano de Aderis se agrietó y empezó a abrirse..bajó con esfuerzo el brazo, otra espada se formaba de su propia carne...tiró con fuerza el mago y asió el arma con determinación a hacerle frente. Pero el capitán, retrocediendo, envainó la suya y se dirigió a su hermano.
-Volveremos a vernos...pero la próxima vez será diferente-amenazó. Se dió la vuelta y seguido de sus hombres comenzó a alejarse. El paisaje, calmado de nuevo, suspiró.
-Tenlo por seguro-susurró Aderis. Lanzó la espada al aire, y haciendo un movimiento rápido con la mano, aquella joya quedó escondida de nuevo tras la oscuridad.

FIN DEL PRIMER CAPÍTULO