Crónicas de un Caballero Cruzado

Crónicas de un Caballero Cruzado


En un lugar perdido en la noche de los tiempos, en las épocas lejanas del glorioso Rey Salomón nació la orden por la cual he sido instruído en las artes de la batalla.

Recordando estoy en esta habitación herido, recuperándome de las llagas sufridas en el transcurso de las Cruzadas. Recordando a mi familia, amigos, hermanos Templarios que han caído mientras miro el techo de este monasterio de los Hermanos Hospitalarios de la Cruz de Jerusalem.

Al cabo de los días mi salud mejora satisfactoriamente, al cabo de los días paseando por estos jardines recuerdo a mi mujer, a mi hijo. De mi mujer su sonrisa, su dulce mirada, su ternura. De mi hijo sus juegos, su alegría, su inocencia, sus cabellos dorados como el dulce resplandor de los bellos rayos del sol.

Con alegría, tristeza, añoranza los recuerdo esperando con ansia el día de nuestro reencuentro.
Recuerdos y recuerdos que recorren mi mente en un trasiego de emociones como un río que nunca llega a morir en el mar.
Mirando hacia las colinas, el cielo azul que se empapa de luz en el amanecer a mi inconsciente vuelven imágenes de un pasado no muy lejano pero que revivo una y otra vez. El galope de las huestes de las que formé parte, el sudor en la frente recorriendo los extensos desiertos de Arabia, el calor que hacía caer a los más aguerridos caballeros rendidos ante el sol de las áridas y desérticas zonas de Oriente.
Los espejismos creados por el delírio, en los escudos aun goteantes de sangre del enemigo muerto, en las espadas el sabor de la Gloria en el fragor de la batalla, los llantos de dolor, las lágrimas del enemigo derrotado pidiendo clemencia, los aullidos de las bestias en el transcurso de la gélida y oscura nocturnidad del desierto.

Sueños llenos de sangre, sueños llenos de galopes, rostros desencajados de dolor, sueños llenos de quejidos como preludio de la muerte de Islámicos y Cristianos pueblan mis anocheceres, mis madrugadas, mi cantar y llanto que arropa el manto de la madrugada.
Sueños que en el albor de la mañana cobrarán vida en cada gesta, en cada filo, en cada espada que segará la cabeza del enemigo y su vida para siempre. Los siento tan reales que aún aquí apartado en este monasterio a miles de leguas del campo de batalla que mi cuerpo se estremece al recordarlos.


Continuará...
Buenas Thunderforce, curioso nombre.
Acabo de leer la introducción a las crónicas. Me gusta. Está muy bien escrito aunque para mí está pasado de adjetivos (supongo por otro lado que éste género lo requiere).
No sé porqué, pero a partir del deseado encuentro con la familia, el texto me recuerda la guerra de Irak.
Ah, el personaje está bastante descrito (la ternura para con los suyos y cierto grado caballeresco en sus modales, culto, católico) pero no le termino de ver o hay algo en él que no me resulta del todo creíble.

Como te decía antes, está muy muy bien llevado el texto, continúalo. Lo merece. Me parece que escribres muy bien.
Saludos,
Muchas gracias por el consejo :). La verdad es que llevaba bastante tiempo sin escribir porque apenas tenía tiempo libre y ahora lo estoy retomando un poco ya que estaba un poco abandonada esta pequeña aficción que tengo.
Agradezco tu opinión enormemente,sinceramente también creo que más adelante he de describir un poco el personaje.
Me alegro que te haya gustado.
:)
Estes pequeños agradecimientos y matices son lo que animan a seguir escribiendo. Ahí va otros párrafos que he ido plasmando estos dias,espero que te gusten.


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Al llegar el nuevo día las huestes de las Hermandades Cristianas levantamos el campamento y nos ponemos de nuevo en camino de la añorada Tierra Santa. Otro día, otra noche, los compañeros rezagados comienzan a desaparecer en las tormentas de arena; que entorpecen el avance de las legiones Templarias ansiosas de la entrada a través de las puertas de Jerusalem. La realidad es bien distinta ya que de vencer las tropas islámicas, destruír sus ejércitos no es tarea fácil. Hombres llenos de fé en su Dios que luchan hasta la muerte por un ideal, por un pensamiento y por una Religión.
Los mensajeros se acercan con la noticia que nuestro otro frente está próximo a Turquía, pero encuentra grandes dificultades en el avance de las tropas. Leo también con los ojos bañados en un mar de lágrimas en este pergamino arrugado de la muerte de mi hermano alcanzado por los arqueros islámicos llenas de odio y las miserias de la guerra. Lo vuelvo a leer una y otra vez ante la incredulidad de mis pupilas. Siento en este momento la fuerza, la furia, el hambre de justicia, la sed de venganza ante tal acontecimiento que acaba de hacer mella en mi corazón lleno de penumbras, angustia, lleno de sinrazón...
Sí, claro que me sigue gustando. En éste pequeño párrafo ya se hace más cercano el personaje, sobre todo al final; es importante saber qué sienten los personajes.
Ah, una cosita, revisa la frase "Leo también con los ojos bañados en un mar de lágrimas en este pergamino arrugado de la muerte de mi hermano alcanzado por los arqueros islámicos llenas de odio y las miserias de la guerra....." creo que deben faltar algunas palabras o quizá la rehiciste a última hora y quedaron cosas sin aclarar... no sé pero algo raro tiene.
Sigue escribiendo cuando tengas un rato.
Saludos,
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