En el caso de personas que he conocido compatibles con los ejemplos que ponéis.. no lo sé
sólo puedo conjeturar porque nadie vive en cabeza ajena, pero en mi caso era sí siendo adolescente, los motivos que recuerde fueron los siguientes aunque la mayor parte ya los habéis expuesto.
- Crearnos nuestra propia fantasía/realidad porque percibimos la vida real como insulsa y anodina.
- Buscar la integración en grupos para no sentirnos solos ni marginados.
- Ego/autoimagen personal dañada, por acoso escolar y problemas familiares (imagino), a veces, a edades tempranas, puede llevarnos a mentir por necesitar vernos por encima de los demás, alardear de conocimientos que no tenemos, de bienes materiales que en realidad no podemos permitirnos, o de hazañas que nunca existieron.
- Desear 'el posicionamiento populista', lo que ya habéis dicho, es una extensión del segundo punto, aparentar ser algo que no se és porque socialmente supone hacer lo correcto, lo que nuestro círculo espera de nosotros, pero como nos sentimos mejor haciendo excentricidades o acciones que son popularmente interpretadas como rarezas y en el fondo nos aterroriza que nos juzguen de ese modo porque nos hace sentir muy incómodos, en consecuencia adoptamos una fachada de lo que consideramos 'normalidad' según el resto, que en realidad es anormalidad para nosotros.
- Ley del mínimo esfuerzo, por ejemplo, si nos gustan mucho las Artes Marciales pero somos de carácter 'contemplativo' y no encontramos la voluntad de ir a una academia para formarnos durante años ni llevar una alimentación adecuada, resulta millones de veces más sencillo comprar un cinturón rojo, marrón o negro y exhibirlo como si realmente tuviéramos esos conocimientos, en esta dirección, hay personas que mandan fabricar trofeos personalizados para colgar en una vitrina, la mayoría de ellos no ocultan que son premios huecos que en sí mismos no tienen ningún valor representativo, sin embargo tenerlos expuestos en casa les resulta agradable y placentero.
- De la mano del tercer punto, sentir que hay cosas que deseamos hacer pero no logramos encontrar o generar la voluntad para obtenerlas, con lo que acabamos tirando por la calle de en medio, apostando por una solución 'cosmética' o de fachada, autoconvenciéndonos de que tal o cual hecho aconteció de verdad, aunque hacerlo sea sumamente peligroso, es decir, yo puedo ir diciendo que canto Ópera y no hacerlo nunca en público con la excusa de que soy muy tímido y 'otro día, en alguna comunión', pero sé perfectamente que canto tan mal que me buscan para solucionar la sequía, el verdadero problema es llegarnos a creer nuestra propia mentira.
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