Como biopic histórico carece de mucho rigor, aunque en realidad tampoco es que se sepa mucho sobre el protagonista, y desde el punto de vista musical no aguanta un mínimo debate. Como ficción dramática, pues se deja ver porque la figura y el contexto son interesantes pero poco más, tampoco es que rebose especial inspiración en ningún apartado. Desde luego no ayudan momentos tan vergonzantes como la madre refiriéndose a él como "Turista en Francia" (sic) y los anacronismos musicales con música que claramente se sale de contexto, como en algunos pasajes que toca en solitario, los ritmos caribeños o el clímax final tocando ante la multitud no se sabe qué.
Pero detalles al margen comentar que la figura en cuestión es Joseph Bologne, Chevalier de Saint George, nacido en Guadalupe, mulato, hijo ilegítimo de un noble y una esclava, virtuoso del violín ( alumno de Leclair y Gossec ) y de la espada en la Francia pre-revolucionaria, apodado en años venideros con el desafortunado calificativo de "El Mozart Negro", como aparece en la portada de algún que otro disco. Desafortunado para él, calificativo de color al margen, porque el bueno de Joseph nació unos antes que el genio austríaco y más bien siguió los pasos de Haydn, que era el que realmente "cortaba el bacalao" por entonces junto con el reformador Gluck, su rival por el puesto de director de la Ópera en el film ( sí, el de
Che fare senza Euridice ? de su Orfeo ), y desafortunado para el citado porque, seamos sinceros, sus trabajos como compositor - al menos los pocos que han sobrevivido tras su "purga" - dejan bastante que desear en cuanto a ingenio y talento en comparación con el aludido. Antes me creo a nuestro "Mozart" español, Juan Crisóstomo de Arriaga, que de no haber muerto tan joven quien sabe si hoy tendría mayor estima. Y por cierto, un consejo: cuando una película empieza con Mozart refiriéndose a sí mismo como Wolfang
Amadeus Mozart, huid: solo un par de veces en vida firmó con el nombre latinizado.
Pero estoy divagando, volviendo al tema lo realmente importante es lo fascinante por extraño de su figura en medio de la alta sociedad al lado de la mismísima María Antonieta, cumbre a la que llegó por méritos y talento propio hasta chocar con la realidad racial y política para terminar siendo humillado y tomando parte activa en las revueltas en un país al borde del estallido social de la Revolución, y en este sentido, con todas las licencias discutibles que se toma, romance incluido, y por la excelente actuación del actor que le da vida, un excelente Kelvin Harrison Jr., aún siendo crítico creo que en conjunto sí merece la pena el visionado.