Redacto lo sucedido hoy.
Llamo a mi sucursal de Correos para comentar el problema, la chica que me atendió la otra vez recuerda el caso y sin dudarlo dos veces me dice que llame a atención al cliente para poner una queja.
Me comenta tambien que es posible, aunque remoto, que le hayan cambiado el número de seguimiento a la hora de entrar en España, pero que no lo tienen claro.
Le doy las gracias y buenas tardes y cuelgo.
Llamo a atención al cliente, me atiende una puretilla, le explico el caso y me cuelga, WTF!
Vuelvo a llamar, me atiende esta vez una chamaquita, le expongo el caso y me dice que las reclamaciones las tiene que hacer el remitente, es decir, el chico de EEUU a USPS; pero no me queda claro, si USPS manda el paquete y este llega a España, ¿su trabajo ya esta realizado no? ¿Qué que presenta el si su empresa lo hizo perfectamente?
Pues nada, me insiste en eso, que es el remitente el que ha de poner la queja.
Tras esto le comento lo del cambio de número de seguimiento al llegar a España, a lo cual contesta que no, que no se ha cambiado nada.
Y luego me dice que llame a aduanas en Madrid para ver si allí se encuentra el paquete.
Llamo, me coge el teléfono un chico que tranquilamente puede tener una pipa de aguacate trancada en la garganta (poco le entendía) y me dice que un paquete así no pasa por allí, que va en el Can3, o algo así dijo, y me dio un número de despacho y el número de aduanas en Las Palmas.
Llaaaaaamo a aduanas en Las Palmas, me comentan que esos paquetes pasan por Madrid y le digo lo que el chico con la pipa de aguacate en la garganta, tras me susurra muy suavemente al oído, tranquilo Bobby, tranquilo, el número de despacho no sirve para nada, y yo le digo... es que es muy duro pasar el Niágara en bicicleta.
Me toma el número de seguimiento del paquete, mi número de teléfono y me comunica que ahora me llama.
Tic tac tic tac tic tac... ains.