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UN PAÍS LLAMADO CAÓTICUS
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En un remoto país llamado CAÓTICUS, había una joven y regresiva democracia que nadie tomaba en serio, pues en lugar de avanzar iba hacia atrás, parecía una timocracia. Los ciudadanos podían decir libremente lo que quisieran siempre y cuando no molestaran al capital ni a los que mandaban.
¿Pero qué era lo que molestaba a los que mandaban? La respuesta es muy fácil: lo que sobrepasara las buenas costumbres, y ¿Qué sobrepasaba las buenas costumbres? LO QUE NO GUSTABA A LOS MANDATARIOS.
CON SEMEJANTE DEMOCRACIA, ante cualquier delito las penas variaban según la categoría social de cada ciudadano. Por ejemplo, si era un poderoso y cometía un delito gravísimo se iba de rositas, en cambio si era un pobre desgraciado y cometía un pequeño delito, no lo salvaba de la cárcel ni Santa Catalina. También habían delitos que se consideraban menores: Maltratar a las mujeres, violaciones, maltrato a los niños, palizas de bandas de cabezas rapadas a las personas, etcétera...... Ah, pero pobre del ciudadano que dijera sobre todo cosas que se entendieran, podía decir todas las paridas que quisiera, pero cuidado con poner el dedo en la llaga porque en este caso al pobrecito le caía todo el peso de tan curiosa "Ley". Todos los maravillosos abogados del estado de CAÓTICUS se juramentaban contra él, abogados a los cuales les encantaban las presas fáciles. Curiosa paradoja: La víctima fácil, sufragaba con sus impuestos a los que serían sus futuros sayones.
En CAÓTICUS habían cosas que se consideraban tabú, por ejemplo, decir que había dos justicias. Eso molestaba terriblemente al poder y a la justísima justicia, y valga la redundancia.
CAÓTICUS era el paraíso de charlatanes de mercadillo, de hacedores de falsas promesas, políticos que nada aportan, mercaderes despiadados, tahúres que se juegan el futuro de nuestros hijos, burócratas prepotentes, vendedores de utopías.
Los políticos de CAÓTICUS practicaban un lenguaje retórico donde los sofismas y las tergiversaciones abundaban de forma profusa.
Nepotismo, cohecho, prevaricación, endogamia, injusticias, despotismo, cinismo, leyes que se aplicaban como “tapa-bocas”, tráfico de influencias... Con este panorama los ciudadanos de CAÓTICUS percibían al presunto ladrón como un "GANADOR" y el desgraciado que se mataba por un mísero salario como a un "PERDEDOR".
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OPERACIÓN FIEBRE DEL ORO
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Con semejante panorama apareció un juez excelente llamado MINARETE que se propuso acabar con tanto abuso.
Cuando el juez MINARETE comenzó a tirar de la manta se asustó de ver lo que había debajo: Comisiones, obras ilegales, tráfico de influencias, zonas autorizadas para construir a golpe de maletín, políticos que o bien eran “tontos de remate” o “demasiado listos”, pobres que de pronto se convirtieron en multimillonarios... Étc.
Todos los abogados caros de CAÓTICUS acudieron de forma masiva como si tuvieran la fiebre del oro. Sin duda, las inocentes criaturitas ignoraban que no iban a cobrar puesto que resultaba que todos eran “insolventes”. Después se producían las patéticas y vergonzosas paradojas de que los imputados se ponían malitos. Al uno le entraba disentería, al otro depresión, otro no recordaba nada (Sobretodo de donde estaba la pasta). ¡¡Qué lastima daban esas personas!! Cuando estaban trincando estaban muy sanos y ahora los inocentes angelitos estaban enfermos (Y digo yo … ¿Cómo deberían estar las victimas del expolio?).
Los pobrecitos abogados luchaban lo indecible para que sus defendidos no fueran a la cárcel, y todo esto de forma altruista en la mayoría de los casos, puesto que la mayoría de los imputados eran, como dije antes, insolventes.
Mientras, en otras zonas de CAÓTICUS los otros pobrecitos y presuntos chorizos se preparaban para no ir a la cárcel: Destruían pruebas, escondían mejor sus propiedades … pensando que si aparecía otro juez como MINARETE, contratarían a los mejores e inocentes letrados.
¿Cómo calificarían ustedes a un letrado que defiende a un imputado insolvente con tantísimo interés, aun a sabiendas de que no va a cobrar? Sólo un santo haría eso.
Entonces el capitalismo y los que mandaban en CAÓTICUS decidieron que el juez MINARETE era muy peligroso, puesto que si seguía tirando de la manta se les vería el trasero a mas de uno y tendrían los días contados. La solución, muy fácil, lo acusaron de transgredir las “buenas costumbres” y fue cesado de forma fulminante, aunque ellos en lugar de cese le llamaron cariñosamente: “TRASLADO”.
Continuará.
TORI21.
CUALQUIER PARECIDO CON LA REALIDAD, SERÍA PURA COINCIDENCIA. Todos los cuentos pueden coincidir en algunas cosas con algún hecho real, lo cual no significa que yo pretenda molestar a nadie, probablemente mi próxima historia o cuento también tenga alguna analogía con algún caso real.
BUENO QUERIDOS AMIGAS Y AMIGOS, ESPERO QUE MI PEQUEÑO CUENTO OS HAYA GUSTADO. UN CARIÑOSO SALUDO DE VUESTRO AMIGO: TORI21