DARPA, la Agencia de Investigación Avanzada de Defensa estadounidense, ha realizado un
llamativo encargo a IBM. Se trata de la fabricación de un chip CMOS que sea capaz de autodestruirse. El proyecto recibe el nombre de
Vanishing Programmable Resources (VAPR) y lo que quieren conseguir desde la agencia de defensa es evitar que su tenología sea utilizada si cae en territorio enemigo.
El proyecto VAPR (Recursos Programables que Desaparecen), consiste en el desarrollo de microsistemas electrónicos de bajo coste y de un solo uso, que se utilizarán para crear grandes redes de sensores que una vez cumplida su misión, se degradan siendo respetables con el medio ambiente.
El presupuesto que se ha facilitado a IBM por parte de la agencia militar para la fabricación este chip especial asciende a 3,45 millones de dólares. Debido a la dificultad de rastrear y recuperar todos los dispositivos electrónicos en el campo de batalla, los chips que fabriquen en IBM tendrán un sistema de programación que permitirá su autodestrucción de forma remota y controlada.
Los materiales que conformarán los nuevos chips se basan en un sustrato de vidrio que se destruye cuando un receptor situado en el CMOS recibe una señal concreta de radiofrecuencia externa. Con este sistema de autodestrucción es posible acabar con los dispositivos electrónicos que se pierdan o sean abandonados en el campo de batalla. Se habla por ejemplo de poner fin a situaciones como puede ser cuando se derriba un helicóptero y el mismo cae en territorio enemigo.
Existe la posibilidad de que este sistema de obsolescencia programada pueda influir en la venta de dispositivos electrónicos en un futuro. Debido a su duración limitada, los equipos basados en esta tecnología tienen un gran potencial militar, incluyendo sensores para diferentes entornos, vigilancia del medio ambiente en grandes superficies, o incluso en la monitorización de la salud.