Os expongo un caso real, que ha llegado a mis oidos, y estoy alucinando por como lo estan manejando las partes implicadas. Sobre estas partes, no voy a dar datos reales, ya que prefiero no exponer la intimidad de nadie en concreto.
Resulta que un matrimonio, ambos de edad adulta, se enfrentan a una denuncia por la via judicial de una deuda de aproximadamente 150€. Al marido le llega información por parte de uno de sus amigos sobre la denuncia, este amigo, le dice que no se debe de preocupar de nada, que se desentienda, y que por esa cantidad tan infima no le va a ocurrir absolutamente nada. La mujer, preocupada por el asunto, no se queda conforme con la version de su amigo, y al mismo tiempo recibe un documento oficial, avisando de que si no se solventa la deuda, se va a actuar por la via judicial.
La mujer intenta informar al marido, pero este hace oidos sordos, dice que se fia mas de su amigo, y que le da absolutamente igual lo que ponga en el documento oficial. Ambos discuten, el marido sigue en sus treces, y la mujer no sabe que hacer, porque en vez de intentar darle soluciones al tema, su marido niega la realidad, y encima le causa mas problemas y estress con la discusion, y su negacion del problema.
La mujer desesperada me lo cuenta todo, y yo alucino en colores. Pero aqui no acaba la cosa. Previamente, en verano de 2015, el mismo matrimonio se enfrenta a un juicio por una historia que ocurrio en fechas mucho mas anteriores. Digamos que la mujer le recomienda contratar un abogado para llevar el caso y tener una defensa adecuada por lo que pueda pasar, pero el marido se niega en rotundo, y alega que no es necesario, ya que de nuevo, sus amigos le han dicho que para un caso tan leve, la defensa con abogados no es necesaria. ¿Que ocurre?
La otra parte, en dicho juicio lleva un abogado, este falla a favor de esa otra parte, y el matrimonio tiene que pagar una buena cifra de dinero, por no haber querido preparar bien el jucio, ni contratar defensa. Al final, a parte del dinero de indemnizacion, se tienen que gastar finalmente y a destiempo, dinero en un abogado para que le lleven las gestiones, y para poder evitar ciertas peticiones de la otra parte implicada, como que pagasen los honorarios de su defensa.
Y mi cuestion es. ¿El marido esta bien de la azotea? ¿Es lerdo? ¿No aprende de los errores? ¿Porque quiere negar la realidad de esa manera?
Desde luego, es un asunto del que no dejo de alucinar, y con el que no puedo evitar recordar el dicho popular: "De donde no hay, no se puede sacar."