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De nueva rica a nueva pobre
• La mujer con más dinero de Rusia hasta hace seis meses pide ayuda al Gobierno
Tiempos mejores Elena Batúrina, con su marido, el alcalde Yuri Luzhkov, y sus dos hijas, en 1999. Foto: ARCHIVO / AP
DMITRI POLIKÁRPOV
MOSCÚ
Hace seis meses, Elena Batúrina, de 46 años, era la mujer más rica de Rusia y la octava de Europa, según la revista Forbes. Su peso en la lista de las mujeres rusas más adineradas e influyentes se basaba no solo en una fortuna estimada en 3.300 millones de euros, sino también en el hecho de que es la esposa del alcalde de Moscú, Yuri Luzhkov.
Su proyecto más ambicioso y polémico iba a ser la construcción de un centro cultural y recreativo a la orilla del río Moscú, a dos pasos del Kremlin. El edificio Apelsín, Naranja en ruso --cuya forma recuerda ese cítrico--, fue diseñado nada menos que por Norman Foster. Con esa inversión, Batúrina aspiraba a tener eco en el mundo.
Sin embargo, la crisis ha convertido en deudas las enormes fortunas rusas y ha puesto patas arriba incluso a los empresarios que tienen mano en las altas esferas del poder. La semana pasada, Batúrina, que este año ya no sale en la lista de Forbes, pidió socorro al Gobierno ruso. Para seguir a flote, su imperio de construcción y plásticos, Inteko, necesita garantías estatales para un crédito de 1.100 millones de euros. Pero de momento, el Gobierno solo le ofrece una quinta parte de lo que pide.
Inteko figura en la lista de las 290 empresas clave de Rusia a las que el Gobierno prevé dar garantías para que obtengan créditos. También está la de Oleg Deripaska, el rey del aluminio, hasta hace poco el hombre más rico de Rusia. La firma de Batúrina controla gran parte del sector de la construcción en Moscú, así como un 10% de la producción nacional del cemento. Por si fuera poco, en la región de Moscú es casi monopolista en la fabricación de artículos de plástico.
'Dama de hierro'
Como ella suele repetir, "cada moscovita que bebe un refresco en un vaso de plástico hace una inversión en Inteko". Una invención patentada que dio un primer impulso a los negocios de Batúrina fue una copita de plástico para el vodka. En 1991, cuando comenzó Inteko como una modesta compañía de artículos de vajilla y muebles, esa novedad se convirtió en una mina. Otro proyecto con el que hizo su agosto fue el de sustituir los viejos banquillos de madera de los principales estadios de Moscú por butacas de plástico.
Batúrina, a la sazón una rubia de pelo rizado, empezó trabajando en una fábrica y después entró en el Instituto de Gestión de Moscú. Conoció a Luzhkov en 1987, cuando ambos trabajaban para el Mosgorispolkom, el Gobierno municipal de la era soviética. Fue el segundo matrimonio del futuro alcalde, con quien tiene dos hijas. Paralelamente a su carrera de empresaria, cambiaba la imagen de Batúrina. Hoy parece una mujer de hierro. Con el pelo corto, siempre con traje y nunca con falda, circula por Moscú en un lujoso Maybach marrón.
El verdadero auge de Inteko llegó en los 90, cuando la empresa aterrizó en el lucrativo sector de la construcción. Con beneficios que hasta el verano superaban el 100%, por la permanente subida del precio de la vivienda, Inteko facturaba miles de millones de euros al año.
Yates, aviones y palacios
Según Alexander Lébedev, un empresario que competió con Luzhkov en las elecciones municipales, el éxito de Batúrina no tiene nada que ver con sus méritos como empresaria. "Inteko nunca construyó nada. Recibía gratis lotes de tierra para la construcción con todas las redes e infraestructuras y vendía derechos a terceros", afirma.
El caso de Batúrina es para Lebédev un ejemplo de "falso pobre". "Todos los oligarcas que piden ayuda al Estado levantan sospechas. Batúrina afirma que debe miles de millones de euros. ¿Dónde metieron todo ese dinero que consiguieron a través de préstamos? La respuesta es evidente. Compraban yates, aviones y palacios en Londres. ¡Que los vendan y paguen sus deudas!", sentencia.
Curiosamente, el propio Luzhkov también ha rechazado garantizar ayuda financiera a los magnates rusos. "Gastaron fortunas en comprar equipos de fútbol y ahora aseguran que no tienen nada. El Gobierno debe hacerse con el control de sus imperios aprovechando la crisis. Pero no para crear un capitalismo de Estado, sino para venderlos cuando la crisis se acabe", opinó el alcalde.
http://www.elperiodico.com/default.asp?idpublicacio_PK=46&idioma=CAS&idnoticia_PK=599524&idseccio_PK=1007
katxan escribió:El problema es que muchas veces no había que guardar. Gran parte del dinero que se ha "perdido" jamás existió, no era más que humo, números en las calculadoras de los especuladores sin nada material detrás que los respaldase.
Porque, que yo sepa, sigue habiendo ahora el mismo dinero y los mismos bienes que antes de la "crisis", no he visto a nadie quemando montañas de billetes de 500 euros. Solo que se ha desmoronado el enorme edificio de la economía inflada y absolutamente irreal en la que hemos vivido.
katxan escribió:El problema es que muchas veces no había que guardar. Gran parte del dinero que se ha "perdido" jamás existió, no era más que humo, números en las calculadoras de los especuladores sin nada material detrás que los respaldase.
Porque, que yo sepa, sigue habiendo ahora el mismo dinero y los mismos bienes que antes de la "crisis", no he visto a nadie quemando montañas de billetes de 500 euros. Solo que se ha desmoronado el enorme edificio de la economía inflada y absolutamente irreal en la que hemos vivido.
katxan escribió:El problema es que muchas veces no había que guardar. Gran parte del dinero que se ha "perdido" jamás existió, no era más que humo, números en las calculadoras de los especuladores sin nada material detrás que los respaldase.
Porque, que yo sepa, sigue habiendo ahora el mismo dinero y los mismos bienes que antes de la "crisis", no he visto a nadie quemando montañas de billetes de 500 euros. Solo que se ha desmoronado el enorme edificio de la economía inflada y absolutamente irreal en la que hemos vivido.