Pues ahora mismo recuerdo que me pasó con el Halo. Fui a la presentación que hicieron de Xbox en Kapital y salí más o menos echando pestes de él; que si el mando era enorme y hacía el juego injugable, que si los gráficos no eran para tanto (si, dije que eran mejores los del Half-Life), que me aburría, etc.
Luego me compré la X, me pasaron una copia (con lo que lo odiaba no iba a comprarlo original), y tras la segunda fase ya estaba deseando pillarlo original, pasando a ser uno de mis juegos favoritos, de los favoritos de verdad.
También recuerdo casos de amigos, como el que aborrecía el Legend of Zelda y ahora lo ama con locura. Cosas que tiene la vida.