Resumen para vagos y personas con poco tiempo: me han dado el alta.
Para el resto aquí va un hilo tocho, lacrimógeno, circunspecto y levemente boreal.
Todo empezó en octubre del 67... pero realmente podría decirse que basta con remontarnos un par de años atrás. Yo era una persona normal, con ojos, extremidades, capacidad pulmonar media y una cantidad de masa ósea decente. Pero no sé ni cómo, me vi envuelta en un estado horrible diagnosticado como depresión. No sé cómo empezó todo, pero tuvo algunas consecuencias desagradables como perder a un buen amigo, un año sin poder trabajar ni estudiar y la ruptura de una relación de casi diez años. Supongo que no tuvo que ser fácil para los demás lidiar conmigo en ese estado. En cualquier caso, el origen no tuvo que ver con ninguna de esas cosas, ya que se inició cuando ni siquiera conocía a dicho amigo, cuando acababa de finalizar exitosamente mis estudios y cuando con mi expareja tenía una fantástica relación. Y es que lo gracioso del asunto es que se trataba de una depresión endógena, que no respondía a factores externos. Ya había pasado por algo similar (pero en mucho menor grado) cuando tenía 11 años o así. Qué se le va a hacer, hay personas que son propensas a desarrollar ciertas enfermedades y la depresión no deja de ser eso. ¡Miremos mal a la química cerebral y a todos los rollos similares que se encargan del proceso!
Pero lo importante es que ya estoy completamente recuperada, he dejado la medicación por completo y mi psiquiatra me ha dado el alta. Alguien me dijo en su día, cuando abrí un hilo tratando de mantenerme a flote, que en un futuro estaría completamente recuperada y podría escribir para compartir con todos vosotros ese gran logro. Por aquel entonces era muy difícil de creer, por no decir imposible. Pero ha sucedido. Y aquí estoy, compartiendo la noticia con vosotros, como dije que haría. Bien es cierto que han pasado unos años y los que rondan este espacio han cambiado... pero aún así quiero hacerlo, porque una parte importante de esta historia tiene que ver con este foro.
Y es que a partir de aquí viene el tocho (sí, esto era la intro

). Pocos podrán llegar hasta el final del mensaje con vida, lo advierto. No quiero luego reclamaciones, no pienso indemnizar a nadie. He dicho.
(Inserte aquí nebulosa que evoca recuerdos lejanos)
No voy a volver a describir largamente cómo fue aquella situación, porque ya lo hice en su momento y porque es complicado de entender para el que no ha pasado por algo similar. Pero para que puedan comprenderse los agradecimientos posteriores, he de remarcar que fue la peor experiencia que he vivido nunca. Cuando no sabes de qué va la cosa piensas que no es más que un estado anímico, un bajón gordo. Piensas que manteniéndote ocupado y siendo optimista todo se arregla. ¡Sin problema! A optimista no me gana nadie. Por eso mismo fui la primera sorprendida cuando vi en qué me había transformado, cuando vi que llegaba a un punto en que perdía la ilusión por todo, que no encontraba satisfacción en nada, que veía a la gente que me importaba (familia, amigos, pareja) y no podía sentir absolutamente nada dentro de mí. Si el mundo se hubiese terminado en aquel momento, no me hubiese importado para nada. Todo lo contrario, me hubiese parecido maravilloso. O no. Realmente todo me daba igual.
Claro, esa forma de ser no era la mía, yo misma me asustaba de mis pensamientos. Trataba de mantener la calma, de cambiar, pero no lo conseguía. Intentaba ver qué fallaba, acostumbrados como estamos todos a que el dolor tiene que venir por alguna causa. Pero no había nada. Genial, tenían que hacerme comprender que no había motivo por el que era incapaz de levantarme de la cama, por el que mi mente iba por libre y pensaba como le daba la gana, haciéndome desear el desaparecer para siempre.
Mi psiquiatra me dijo que con la medicación volvería a estar como nueva. Una es escéptica y no termina de entender que unas pastillas, sin más, te devuelvan la vida que tenías antes. Pero a fin de cuentas, también había llegado a ese estado sin saber cómo. Así que te haces a la idea de que es una enfermedad, de que esos son sus síntomas y aguantas como puedes. Es "divertido" que los síntomas consistan en desamparo absoluto, pero así era. La depresión y la anhedonia es lo que tienen... un asco.
Bueno, no me extiendo más en ello, que bastante lo he hecho ya. Pero es que era necesario el contexto para el desarrollo del hilo.
El caso es que si bien fue la medicación la que me hizo recuperarme y volver a mi antiguo yo (es decir, a ser maravillosa
![risa con gafas [chulito]](/images/smilies/nuevos/sonrisa_ani2.gif)
), hubo una serie de personas a las que me gustaría dar las gracias por todo lo que hicieron y siguen haciendo por mí.
En primer lugar, a los que ya no están (no, no se han muerto ni han sido abducidos, simplemente decidieron salir de mi vida).
Comenzamos con una personita que me ayudó mucho en su momento, cuando aún no había terminado de tocar fondo. No sé si leerás esto (supongo que no) pero si lo haces, que sepas que guardo muy buenos recuerdos de la época en que fuimos buenos amigos. Gracias por haberme hecho un hueco en tu día a día durante tanto tiempo

Por supuesto, estoy muy agradecida a la persona que, durante tanto tiempo, fue la más importante de mi vida. Las cosas no acabaron bien entre mi ex y yo, entiendo que no haya querido volver a saber de la persona que lo dejó. Pero yo no quiero olvidar tantos años juntos, tantos buenos momentos, tanto cariño y tantos recuerdos. Aunque solo estuvo a mi lado el primero de los dos años que he tardado en recuperarme, durante ese tiempo me estuvo apoyando muchísimo. Al final las cosas no salieron bien... pero ello no hace que agradezca menos el apoyo que me brindó en su día.
Pero no todo es negativo, la mayor parte de la gente a la que aprecio sigue a mi lado. No puedo quejarme, tengo unos amigos maravillosos. Gran parte de ellos eran amigos de mi día a día, como es normal. Pero lo sorprendente es que, personas a las que solo conocía de hablar desde el otro lado de la pantalla... e incluso completos desconocidos, se volcaron en mí. Ellos son el motivo por el que quiero escribir este mensaje. Siempre había visto los foros como un lugar para intercambiar opiniones, sin involucrarme en ello. De hecho, nunca había abierto un hilo de carácter personal hasta que estuve mal. Y la respuesta que obtuve fue muy, muy positiva. Recibí muchos consejos, de todo tipo. Algunos bastante absurdos, todo hay que decirlo, incluso algunos que más que consejos eran reproches. Pero los agradezco igualmente, porque todas aquellas personas dedicaron una parte de su tiempo a hacerme llegar sus palabras y tratar de ayudar.
Y ahora al meollo del asunto. Oh, sí, no me cobran por palabra escrita, así que podéis llevaros las manos a la cabeza por mi tocho universal. Mhuahahaha.
Quiero dedicar unas palabras (Mello pone cara de estar recibiendo un premio) a todos aquellos que me estuvieron apoyando y me hicieron ver que, detrás de cada mensaje en un foro, hay personas encantadoras dispuestas a echar una mano. Así que no puedo finalizar mi mensaje sin la inevitable ronda de agradecimientos.
Así pues, quiero dar las gracias...
-A todos mis jabberianos. Por hacer los días más amenos y brindarme vuestro apoyo. Criajos y fósiles van en el grupo

-A cuantos me enviaron mps con palabras de ánimo. Era una pequeña alegría conectar cuando conseguía ponerme al PC y ver tantos mensajes interesándose por mi evolución.
-Al quejica supremo, a Brandy, a mi rubia y su melón, a mi futuro trio, a la nenaza con sus hadas, a mis múltiples amantes femeninas (amantes del rosa, del yeti, de la escritura, de los juegos que a mí no me da tiempo a jugar, de los dulces, de las arañas asesinas y de los bichos de ojos tiernos), al hombre que quiere quitarme al vocalista de In Flames (sabes que es mío, yo te dejo a Rasputín), a cierto tío melenudo que ya no lo es tanto (pero te queda bien, todo hay que decirlo), a un pobre melocotonero al que le debo mps desde no se sabe cuándo, al hombre del gorro (y reina del desierto, mhuahaha), al amante de la carpa, a los que he tenido el placer de conocer cara a cara desde entonces... y en definitiva, a todos aquellos que han estado ahí cuando lo he necesitado.
-Pero no he acabado aún. Quiero dar las gracias, de forma especial, a cierto informático del averno que no se deja sodomizar. Es curiosa nuestra relación. Años hablando por jabber, llevándonos bien. No fuiste una de esas personas que se dan a conocer fácilmente, ni siquiera de las que se pasaban tardes enteras hablando conmigo. Pero cuando estuve mal, fuiste el primero que se preocupó por mí. Te hiciste con mi número y cada mañana un mensaje me animaba a salir de la cama y a enfrentarme al mundo. Me ayudaste a superar mis miedos y, poco a poco, te fuiste convirtiendo en una persona muy especial para mí. Me animabas a confiar en que todo iría bien con mi pareja, cosa en la que tuviste razón. Al mismo tiempo, yo estaba al tanto de tu vida, pasábamos horas y horas hablando (vaaale, tecleando). Y finalmente, cuando estuve mejor, pudimos conocernos en persona. Me ofreciste unos días maravillosos y una amistad que no pensaba dejar escapar.
El tiempo fue pasando... y seguías ahí, incluso aunque no podía corresponder a lo que empezabas a sentir por mí. Lejos de marcharte, de causarme problemas, te comportaste de un modo admirable y me seguiste ayudando como siempre. Y entonces pasó aún más tiempo (parece mentira lo lejos que quedan ya esos momentos) y nuestra amistad empezó a transformarse en algo más. Respetaste que no quisiera volver a emparejarme, pues siempre tuviste claro que, ante todo, éramos buenos amigos. Y el mismo tiempo que transcurría a velocidad vertiginosa, se encargó de unir nuestros destinos. Cuando me quise dar cuenta, ya no veía en ti a un amigo, sino a la persona con la que quería compartir mi día a día.
Quién me iba a decir que ese gran apoyo se iba a convertir en mi pareja... pero así fue. Y me has estado apoyando desde entonces. Has seguido haciendo como novio lo que empezaste como amigo. Me has ofrecido tu comprensión, tu cariño. Sabías que no iba a ser fácil estar conmigo, tuviste que aguantar mis cambios de humor, mis recaídas, el peso de la distancia... y pese a ello, seguiste a mi lado, logrando que este último año de la pesadilla haya sido menos terrible de lo que amenazaba con ser.
Ha llegado así el día de mi alta, dejando atrás tantos malos momentos que, pese al dolor causado, me han servido para conocer a un montón de personas maravillosas... y para conocerte a ti. Todos me decían que superaría esa enfermedad y volvería a ser tan feliz como era antes. Lo que nadie me advirtió es que llegaría a serlo aún más.
Gracias, por tanto, a todos los que habéis colaborado en ello, de un modo u otro. El mérito habrá sido mío (bueno, de mis drogas legales, como diría cierto melón

) pero está claro que vosotros lo habéis hecho mucho más fácil y llevadero.
Ains... qué tocho más horriblemente ñoño. Mirad en lo que me habéis convertido. Os parecerá bonito. La culpa de todo la tiene Campa. Y Paco, sobre todo Paco. Y Skyrunner... qué decir de Skyrunner. Él es el verdadero cáncer de la sociedad, y no las nuevas generaciones. Sobre todo desde que le ha dado por vestir de amante ilícita de Copérnico.
Total, que el mundo sigue girando, a muchos les importará bien poco lo que me haya pasado o dejado de pasar. Pero unos pocos han demostrado que son personas que valen mucho y se merecen este hilo. Va por vosotros. Y por el pollo tuerto.
Fdo: Una que pasaba por ahí y vio que era bueno.