Hace apenas unos días Google fue
multada en España con 300.000 euros por recoger información privada procedente de redes Wi-Fi abiertas, utilizando para ello la flota de vehículos de su servicio de mapeado. Ahora la firma californiana
se enfrenta de nuevo a la acusación de vulnerar la
privacidad de los consumidores, y de forma más concreta de los usuarios de un iPhone en el Reino Unido entre junio de 2011 y febrero de 2012.
Según se asegura en la demanda colectiva presentada por un grupo llamado
Google You Owe Us, Google sorteó los parámetros de privacidad de Safari y recogió información de los usuarios relacionada con su historial de navegación. Dichos datos fueron vendidos posteriormente a anunciantes. Los demandantes estiman que esta práctica podría haber afectado a 5,4 millones de personas en el Reino Unido, que ahora tendrían derecho a exigir una compensación económica determinada por un tribunal.
El método utilizado por Google es ampliamente conocido y de hecho ya metió en problemas a la compañía en Estados Unidos, donde fue obligada a pagar 17 millones de dólares en otra demanda colectiva allá por 2013 encima de una multa de 22,5 millones de dólares impuesta en 2012 por la Comisión Federal de Comunicaciones (FCC).
Explicado de forma muy somera, básicamente Google esquivó los mecanismos de privacidad del navegador Safari para instalar sus
cookies, haciéndole "creer" al navegador que el usuario estaba enviando un formulario invisible a Google de forma voluntaria. Esta era la única forma de acceder a este tipo de información, puesto que Safari bloquea por defecto las
cookies de seguimiento a menos que el usuario interactúe de forma expresa con un anuncio
online.
Si bien esta conducta tuvo lugar hace más de cinco años, las implicaciones del caso en materia de imagen no son precisamente benignas. Especialmente ahora que la Unión Europea ha comenzado a hacer presión a compañías como Google para que respeten las
leyes de protección al consumidor, por no mencionar investigaciones abiertas por el
control ejercido sobre Android y la supuesta manipulación de sus tecnologías para
mantener abusivamente la posición dominante de AdSense.
Fuente: The Guardian