Normalmente no me gustan los ciclistas pese a tener que trabajar en un bar lleno de ellos. Lo hago con la mejor de las sonrisas. Son clientes pese lo que me pese.
Pues hoy ha entrado en la cocina como si fuera si casa un energúmeno para llenarse la cantimplora de agua del grifo.
al principio me he quedado en sabia como un tonto y luego le he dicho amablemente que en la cocina no puede entrar. ¿Sabéis que ha hecho? Ni se ha inmutado.
Como me había dado cuenta de que estaba tratando con un idiota he pasado a palabras más severas y con un tono de voz algo más elevado. El tío se gira, me mira a los ojos y sigue a lo suyo.
Pierdo la paciencia y ya, con lo ojos ensangrentados, le digo que se vaya a tomar por culo de la cocina sin apartar el contacto visual. A mí ese no me intimida ni lo más mínimo.
¿Cómo se puede tener tanta jeta? Que mal cuerpo se me ha quedado. ¿Cómo se puede reaccionar sin violencia ante gentuza así? Es que no sé cómo reaccionar ante algo así. Me siento mal por haberle hablado tan mal a un cliente pero por otra parte un ciclista con jeta no me ha podido pisar.