Dentro de 10 años, nuestras miradas se cruzarán por la calle.
Será cuando sabré cómo me ha tratado la vida. Tus ojos serán el espejo más fiel, y en mi expresión tendrás tu reflejo más veraz.
Dentro de 10 años seremos vencedor y vencido. Pero no hará falta dar un veredicto de viva voz.
Todo lo que hoy conmociona tu mundo, y desbarata tus esquemas, será una anécdota, y aunque puedas cobrar tu deuda y enmendar tu agravio, nada tendrá ya sentido.
Serás capaz entonces de mirarme con una sonrisa despreocupada, sin atisbo del dolor que hoy te consume.
Ojalá pudieras esbozar hoy esa sonrisa para mí. Si yo fuera el tiempo, apretaría mi paso sólo para curarte. Pero no lo soy.
Dentro de 10 años quizá te eche de menos. Espero que no.