El problema de base es que tú consideras que hay algo de ti que no te gusta, y tampoco te gusta en los demás.
Pero eso que no te gusta no tiene por qué ser malo. Es una afición como otra cualquiera, que sirve para entretenerte, para hacer amigos, para desarrollar habilidades.
El exceso, como con todo, es malo. Hay que comer para vivir, pero si te comes tres kilos de carne al día posiblemente consigas el efecto contrario. Pues con esto lo mismo, mientras sea un entretenimiento y no algo de lo que dependas para ser feliz, ¿cuál es el problema?
Y eso es lo que tú todavía no has entendido: que no hay nada malo en hacer lo que a uno le dé la gana mientras no haga daño a los demás o a sí mismo.
Cuando lo entiendas dejarás de comerte la cabeza por tonterías, encontrarás que mucha gente se lleva mejor contigo y disfrutarás más de tu afición.