Apartó las cortinas y miró fuera a la calle, tenía la frente perlada de sudor. Decidió abrir la ventana por si entraba una corriente de aire, en el reflejo vio su cara; no podía disimular, reflejaba angustia, tristeza, intranquilidad, en ella se veía reflejada toda la tensión acumulada de una larga noche sin dormir.
Todavía dudaba. No sabía que hacer, todavía tenía dos días: ¿serían suficientes? Podría seguir?
No, seguro que no, lo encontrarán estaba seguro, era el último que quedaba con vida, y entonces lo decidió, cogió aire y saltó.
Empezó a caer, cerró los ojos para no ver la oscuridad de la noche, ni para ver su propia muerte.
Cuando sonó el teléfono sabía que algo le había pasado a su marido, la ansiedad de la última semana, sin tener noticias, lo sabía, su corazón estaba en lo cierto, cuándo no la dejaba dormir...
Levanto el auricular y sólo pudo respirar y dejar escapar un susurro, él estaba muerto, suicidio, saltó del despacho al vacío y ni siquiera sabía porqué, porqué?
Tantas veces se preguntaba porqué él? Sólo era una enfermedad, sin cura, pero una enfermedad y eso acabo con su vida, un salto y él terminó.
Para ella la pesadilla empezaba ahora, tendría que aprender a vivir sola, otra vez. Quizás dentro de unos meses volvería a casarse... ¿por quinta vez? Ya no recordaba cuántos habían sido, sólo que siempre volvía ha estar sola. Nadie la pondría en duda si hacía las maletas... y se fue a otra parte, como las otras veces.
Lo que esta vez ignoraba, es que el detective, la seguiría allí dónde fuera: después de cinco años estaba seguro que dos maridos muertos y una fuerte suma de dinero por heréncia eran buenos motivos para empezar a dudar.
....
Se sentía intranquila, todavía no estaba segura del motivo, pero algo no estaba bien: ¿quizás por que esta vez era un suicidio? sólo llevaba un mes suministrándole las gotas, pero la última semana su marido, se comportaba de una forma muy distinta, parecía ausente, sin saber dónde se encontraba... ¿las gotas podrían haberle causado esa reacción?
Vendió la casa, y con el dinero se fue a otra ciudad, lo suficientemente lejos para que nadie la pudiese relacionar con lo sucedido, pero aún así estaba intranquila... No tenía porque preocuparse, nunca nadie lo sabría; y continuó con las compras para la nueva casa.
Allí estaba ella, Sofía, o la viuda negra, así es como la conocían en el reducido grupo de investigadores del caso; realmente era una mujer que impactaba, no sólo por su físico, sino porque tenía dos carreras y su importante linaje familiar, hija y nieta de importantes diplomáticos, su madre era una de las benefactoras más conocidas por la sociedad del momento, pero su relación familiar era esta, un apellido, una herencia, a los ocho años fue enviada a un internado, y ese fue el último momento que estuvo en casa.
Luego, reapareció, con su multitudinaria boda, el magnate del petroleo y la bella joven, para muchos desconocida; era reservada con los medios y nunca había concedido una entrevista, toda la información que habían recuperado para la investigación, era el esfuerzo de cinco años de trabajo, y eso era lo único que sabían de ella.
Lamentable, el detective en jefe, lo encontraba lamentable, y no era para menos, la muerte de un embajador en circunstancias extrañas, ya que no se conocía que tuviera problemas para suicidarse, y la prueba de tóxicos salía negativa, ellos sabían que allí había algo, pero todavía no sabían lo que era.
Se guiaba por sus años en la calle, allí algo no encajaba, y él descubriría: el como, el dónde, el porque y principalmente el móvil de todas las muertes.
De momento, lo que les unía a los muertos, era que en vida, habían estado casados con la misma mujer, ¿simple coincidencia?
...
Tenía que haber algo, estaba seguro, no podía ser que esta vez la muerte hubiera sido por causas naturales, si entendemos por naturales un suicidio provocado por una larga enfermedad, una esquizofrenia que había escondido a la gente, ¿también a su mujer? ¿o ella lo sabría? y habría echo algo para... El detective dudaba, él lo sabía, su superior lo sabía, no era normal tantas muertes y casados con la misma mujer.
Pero ahora todavía estaban más perdidos, quizás ese había sido su plan desde el principio, casarse con hombres maduros y ricos, matarlos, heredar una fortuna con cada muerte para después retirarse a vivir a la costa, casándose con un hombre joven, cinco años más joven que ella.
Matt, estaba seguro que detrás de esa boda tenía que haber algo, y él lo descubriría, la seguiría hasta dónde fuera necesario y encontraría la verdad. (¿quizás más necesario de lo normal?)
Sofía estaba feliz, disfrutaba de su posición, de su nuevo marido, de las fiestas y de la nueva vida, pero algo la tenía atormentada, por eso acudía al médico,necesitaba dormir y necesitaba que le recetara algo más fuerte que esas pastillas que se tomaba.
Entonces lo vio, por tercera vez esa semana, el mismo hombre, estaba segura que la seguía, ¿pero por qué? galantería o... creía haberlo visto en otra parte pero no recordaba donde... tendría que esforzarse en recordar, era guapo, y parecía listo, tendría que recordar donde lo había visto antes.