Las baterías de Li-ion (o baterías recargables de iones de litio) son las más comunes hoy en día en cualquier aparato electrónico desplazando a las de Ni-MH, que han quedado para las típicas pilas recargales para diskmans y demás.
Son baterías que por su bajo peso y su rendimiento están especialmente indicadas en teléfonos móviles, MP3, ordenadores portátiles, cámaras de fotografía digital, navegadores GPS, videoconsolas portátiles…
Me gustaría (Feel like mythbusters) desmentir algunos mitos que se han creado en torno a estas baterías de litio y que es una mezcla entre la cultura popular de las dependientas de las tiendas de móviles, mezclado con las costumbres de las antiguas baterias Ni-Mh o Ni-CD.
1- Suele decirse que la primera vez que utilicemos un aparato equipado con una batería de litio (como digo, se las suele denominar Li-ion) se debe dejar cargando durante ocho ó diez horas, aunque a las dos o tres horas (tiempo típico de carga de una de estas baterías) el aparato nos indique que la batería está completamente cargada.
Esto sí que era recomendable a la hora de emplear baterías de Ni-MH, pero con las de Li-ion no es en absoluto necesario: una batería de litio lleva siempre un circuito de protección ante sobrecargas que se encarga de cortar la corriente una vez que detecta que las células que componen la batería han llegado a su nivel estandar (suele ser de 4.2 voltios). Por tanto, una vez que el aparato dice “carga completa” no entra más corriente a la batería y no tiene efecto alguno sobre ella el dejarla más tiempo con el cargador conectado.
2- También se suele decir que conviene hacer ciclos completos de carga y descarga para evitar el “efecto memoria”, que en las baterías Ni-MH consistía en que si poníamos a cargar una batería que no estaba completamente descargada se perdía parte de la capacidad de la batería por sobrecarga de alguna de sus células.
En las baterías Li-ion esto no es necesario, e incluso es más recomendable cargarlas frecuentemente puesto que así las células están menos tiempo con corriente circulando por ellas. Las baterías Li-ion no tienen efecto memoria alguno y por tanto podemos cargarlas cuando mejor nos venga sin tener que esperar a que estén completamente agotadas como ocurría con las antiguas baterías.
3- Hay una serie de cosas que son lo peor que le podemos hacer a una batería de litio:
· El calor: una batería Li-ion pierde capacidad si se almacena en lugares calientes. Les conviene mejor el frío, aunque con conservarlas por debajo de 25 grados es más que aceptable. Es por esto que las baterías de algunos ordenadores portátiles se degradan muy rápidamente si a la hora de diseñarlos no se ha tenido en cuenta que la zona de la batería debería estar fría, es decir, lejos del disco duro y el microprocesador…
· Almacenarla durante mucho tiempo totalmente cargada: lo mejor es guardar una batería a media carga; si lo hacemos con la batería completamente cargada sus células sufrirán y la batería se irá deteriorando con el tiempo. No conviene almacenarla mucho tiempo completamente descargada por lo que vamos a ver en el siguiente punto.
· Dejar que la batería se descargue por completo: si una batería Li-ion llega a perder por completo su carga no volverá a cargar. Este punto no se alcanza cuando el aparato que tiene la batería se apaga porque tiene un nivel muy bajo de energía, ya que de eso se encarga el anteriormente citado circuito de protección. Con el tiempo la batería va perdiendo carga por si misma (coeficiente de autodescarga) y si la dejamos muchos meses sin cargar puede que baje del umbral mínimo necesario para empezar a cargar y la batería quede inservible (¿nunca os ha pasado eso con un movil antiguo que habéis dejado mucho tiempo en un cajón?).
Un saludo, ¡Espero que os haya servido de ayuda!