Mi alma la preparo en un momento, en el que la lluvia transcurre lentamente ,pausadamente golpeando mis cristales, los enormes ventanales donde frente a ellos mi caballete y una tela estirada inmaculada me pide paso...
En una mano la paleta, en la otra el pincel, y los tubos que exprimen sus entrañas sobre la madera retorcida de mi paleta pesada llena de pintura atrasada de otras aventuras vividas.
Los colores que se ordenan, desde el blanco gris hasta el negro humo, pasando por los tierras y sienas tostados, los rojizos y los azules ultramar, y el fundamental para mi violeta, ahora son puros como mi tela, no saben la mezcolanza de lo que les espera.
Alargados sobre la mesa están los dos maletines, el de pintura y el de pinceles, escobas que barren mis pensamientos sobre un lienzo, sobre una madera lacada.
La luz viene y va en el exterior, y yo la acompaso de Enya, música celta, dejando la mirada perdida en el horizonte, para dejar mi mente vacía de todo lo de diario.
Las manos pasan por el cuello y se relajan mis sentimientos, el aire de la ventana entre abierta me toca el pelo y me trae el olor a tierra mojada, es el olor de la niñez, y aspiro su aroma.
Me ensimismo y me dejo llevar como una caricia, la brocha gorda, se funde en el aceite y va dando pequeños golpes a cada gama de colores, sin mezclar van solos al lienzo, provocándole, sensualmente en formas y colores de unas bases que solo están en el aire de mis sentimientos.
Me desnudo frente a mi misma, sobre la tela, dejo caer mi sensualidad, mis experiencias, todo lo que soy y he sido y fundo mis dedos en los colores, en sus texturas, acariciándolos con mesura, llevándolos al tapete, sintiendo como presionan y se funden para formar la piel del desnudo que pinto.
Su piel es la mía, sus formas las que contoneo, acarician los hombros y el rostro y van bajando sobre los senos y el vientre dando sombras y luces, para dar las formas de colores que no existen puros en la obra.
Las blusas que se abren, y los giros de palabras que no se dicen, nacen de nuevo de mis pinceles, mientras siento el placer del que crea, del que nace..
Me despojo de todo lo terrenal frente a mi obra, dejo en ella la pasión y el ir y venir de mis pinceles acariciando las caderas y las nalgas que no consigo dejarlas como deseo, insistiendo hasta conseguir que no existan líneas solo formas.
Mi mano patina por la pierna abajo suave y chorreando el aceite de mis dedos fundidos de oleos mientras sobre un trapo limpio lo que mojan ..
El arte por el arte y el arte de vivir en una sola palabra, soy Dios frente a la nada, juego a serlo para crear lo que dentro solo conoce mi cuerpo, ahora soy parte de su cuerpo, del que dejé horas simulando la piel , mi piel que cree con mis pinceles y mis dedos..
Sitos
Él autor de mis cuadros solo es el aire que transcurre entre un lienzo y mi persona(Elemne)
Elemne
Oleos autor:Luis de la Fuente