Con un aspecto considerablemente similar a la ya presentada "aplicación Xbox" para Windows 10, el nuevo interfaz para Xbox One que pudimos ver ayer nos acerca a la convergencia entre plataformas que Microsoft sitúa en el centro de sus planes para el futuro inmediato.
El cambio más evidente es el abandono casi total del diseño basado en Metro con el que contamos actualmente, centrando la navegación en un esquema de dos ejes, vertical para la selección principal y horizontal para las opciones disponibles (acceso al
game hub, parches y actualizaciones disponibles), que recuerda en ocasiones al XMB de Sony.
La reorganización de la pantalla inicial se completa con la relocalización de los
pins en el extremo inferior de la lista de juegos recientes y la ampliación de las posibilidades de los avatares. Las opciones relacionadas con la comunicación y redes sociales se encuentran ahora en una pestaña emergente desplegada a la izquierda que podremos traer al primer plano en todo momento mediante una doble pulsación del botón Xbox.
La convergencia con Windows 10 lleva también a Cortana de vuelta al hogar que su nombre le garantiza en Xbox. En esta ocasión, eso sí, en lugar de acompañarnos en épicos enfrentamientos galácticos, nos ayudará como asistente del sistema, proprocionando una funcionalidad más compleja que la actualmente disponible mediante órdenes de voz. El dictado de mensajes para evitar la introducción manual y la interacción con nuestra lista de amigos son sólo algunas de las operaciones que estarán disponibles a través de nuestra IA favorita.
La velocidad y fluidez del nuevo interfaz y el nulo efecto sobre el rendimiento del juego en ejecución completaron los detalles que el "Major Nelson" (coronado "rey del
spoiler" por sus supersónicos
tuits que se anticipaban a la retransmisión) y Richard Irving explicaron ayer sobre el nuevo interfaz, que debería llegar a nuestras consolas en otoño.