El hallazgo de seis fosas comunes con al menos 28 cadáveres calcinados conmociona al país. La Fiscalía cree que los agentes de la localidad de Iguala entregaron al narco a los estudiantes para matarlos.
El hallazgo el sábado de seis fosas en la localidad mexicana de Iguala, en el Estado de Guerrero, ha conmocionado a México entero. La Fiscalía sospecha que los 28 cuerpos que se han encontrado hasta ahora seguramente son algunos de los 43 estudiantes de magisterio desaparecidos el pasado 26 de septiembre en la misma ciudad.
Las autoridades también creen que la policía local está implicada en el dramático suceso: acusa a los agentes de aliarse con un grupo criminal para eliminar a los estudiantes
Iñaky Blanco, titular de la Procuraduría (Fiscalía) General de Justicia del Estado de Guerrero, donde se encuentra Iguala, desveló la trama pergeñada por los uniformados en connivencia con la organización mafiosa Guerreros Unidos.
La investigación se basó en los sucesos sangrientos del pasado fin de semana, cuando varias acciones represivas de la policía local terminaron con seis muertos a tiros. Entre las víctimas hubo dos personas que viajaban en el autobús de un equipo de fútbol juvenil y una mujer. Ninguno de los tres tenía nada que ver con el conflicto.
Según Blanco, para rehacer el rompecabezas fue decisivo el testimonio de los 22 agentes de seguridad pública de Iguala detenidos tras los incidentes, que declararon "conscientes, orientados en tiempo y lugar y persona", y "sin lesiones externas recientes".
Sus armas "todas fueron disparadas recientemente" y "se estableció correspondencia" entre las municiones halladas en el lugar de las muertes y las de los uniformados, que además dieron positivo en las pruebas de radizonato de sodio (que permiten saber si han disparado por los restos que queda en la piel de la mano).
Por ello, el fiscal anunció que se ha dictado formal prisión contra ellos.
Los cadáveres han sido calcinados: "algunos están completos y otros fragmentados"
Pero esa parece solo la punta del iceberg de una intriga en la que podría estar involucrado el alcalde de Iguala, José Luis Abarca y su secretario de seguridad pública, Felipe Flores, ambos en paradero desconocido desde los sucesos violentos.
El primero tiene que responder a una orden de "presentación" y Blanco ya ha anunciado que la fiscalía presentará ante el Congreso de Guerrero un "juicio de procedencia" a efecto de que "se le retire el fuero constituional que le protege".
Contra el segundo, señalado por la fiscalía como uno de los mandos que instruyó la detención de los estudiantes desaparecidos, hay una orden de captura.
Junto a Flores, el director de Seguridad Pública municipal, Salgado Valladares, es responsable de buscar a los aspirantes a maestros, que pertenecían a la Escuela Normal de Ayotzinapa, mientras que el líder de Guerreros Unidos, apodado Chucky, fue el que ordenó eliminarlos, afirmó el fiscal.
http://www.publico.es/internacional/548 ... studiantesEstremendo joder, hasta la policia esta comprada, yo no entiendo como no se a meneado una guerra civil ya.