Diario falso de un fantasma II

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Diario (II)
Alurio 10, año 210 posterior a la victoria.
32hrs.
Dormí bien. Me levanté temprano, tomé un baño de agua fresca, disfruté el desayuno y fui al hospital donde se me recibió como si fuese un héroe. El capitán no sólo se encargó de supervisar la reparación de los generadores sino que también dio a conocer mi pasado como piloto de guerra, incluso informó acerca de mis medallas y el grado militar (coronel) al que renuncié para dedicarme a la medicina.
Tuve que ponerme duro para obligar a mis subordinados a no hacer preguntas y cumplir con sus tareas, otro tanto con los pacientes. Nunca en mi vida tuve un pase de visita tan difícil como el de hoy.
De todas formas casi todos los pacientes se recuperarán sin dificultad, un grupo tendrá que ser trasladado a algún planeta con vistas a recibir nanotratamiento y unos pocos serán llevados a la Tierra para intentar reconstruir su cuerpo y su vida.
Almorcé con el capitán y los oficiales; junto con los pilotos sobrevivientes fui invitado a festejar la victoria. Tal vez fueron las cervezas, pero lo cierto es que me sorprendí contando mi vida militar, hablando de batallas y reconociendo que sí, que me cambié el nombre, que yo soy ese de quien tanto se habla, me llamo Julio Valdivia, pero antes era César Guispón, Coronel César Guispón; el héroe en la batalla librada en el cinturón de asteroides de Hirshi, el estratega que planeó y llevó a cabo el ataque a la Ciudad Espacial Dantila cuando fue tomada por los Klorugs…
Sí tiene que haber sido la cerveza… por suerte no hablé de Brida; por suerte este modelo de almacenamiento de información privada es mucho más seguro que el anterior, sobre todo después de las modificaciones hechas a la IA que han transformado al nobot, no sólo en un posible consejero sino en un sabueso con la misión de impedir la entrada de espías, funcionarios de la confederación que viven de hurgar en la vida ajena… ya verán lo que les espera si intentan leer mi diario.
El modelo anterior no era seguro, hubiese tenido que rediseñarlo y eso habría levantado sospechas, por eso el nombre de Brida nunca estuvo en él, pero ahora puedo desahogarme, recordar, sonreír…
La conocí de casualidad en una noche de insomnio mientras navegaba por el ciberespacio buscando el sueño. Estábamos en galaxias distintas, ella en CIMEQUIA, un planeta dedicado a la enseñanza de la medicina (allí me habría gustado estudiar, pero tuve que hacerlo de nave en nave, de misión en misión…) y yo estaba aquí, en el crucero de guerra José Raúl Capablanca, en el límite de los cuadrantes 57 y 58, una zona peligrosa, expuesta a todo tipo de ataques –como el de ayer-… le pedí permiso para hablarle un ratito y me aceptó, un golpe de suerte como pocos he tenido porque Brida es inteligente, sabe que no es perfecta, lo acepta, me lo recuerda a cada momento y yo no puedo más que admirarla; tiene viente años y es capaz de aceptar la conversación de un hombre de cuarenta, un tipo solitario, tímido, tímido y tímido, tan tímido que parece raro. A Brida le gustan los poemas y yo no me canso de pedir permiso para regalarle uno y otro, no la he visto pero sé que es alta, que tiene el pelo negro al igual que los ojos… y he hablado con ella. La primera vez –la única vez que hemos hablado con relativa calma- yo iba a perder la señal de un momento a otro (los siglos han pasado y aún no hemos logrado unificar todas las señales) y si eso sucedía no podría escribirle en varios días así que le pedí a modo de excepción que, por favor, me llamase para despedirnos…. ¡Ah! ¡Diario querido! No sabes cuán grande fue mi sorpresa al leer su respuesta; me escribió que me llamaría y Brida es una mujer de palabra… ¿Entiendes Diario? Una mujer de palabra cumple con lo que dice… y me llamó.
¿Cómo alguien tan joven, lejana y desconocida puede hacer tan feliz a un hombre como yo? Me alegro de la privacidad, si ella leyera esto me recordaría que no es perfecta… y a mí me daría pena saber que ella lee estas palabras.
Voy a contar un secreto: en el siglo XXI existió una serie juvenil y musical llamada “El coro”; ha pasado mucho tiempo y casi nadie la recuerda (la guerra nos ha quitado tantas cosas…) pero Brida ha visto la mayoría de los capítulos y desea la música, la banda sonora, como se le decía en aquel siglo; yo la tengo y se la ofrecí. Estoy seguro de que un día llegará al Capablanca y la recogerá; al fin y al cabo ella será médico y por este cuadrante pasa casi todo el que desea aprender.
¿Sabes? Una vez se rio cuando le dije: “yo soy un hombre normal tirando a feo” lo que es cierto pero me comento que le pareció… ¡ay! ahora no recuerdo cual fue la palabra que utilizó.
Acaban de llamarme. El capitán solicita la presencia de todos los oficiales en el salón de reuniones para tratar temas relacionados con la batalla de ayer.
Yo sé de qué se trata. Los de Signie son así. Una raza guerrera incapaz de aceptar la derrota de cualquier manera que se pueda considerar tradicional, por algún motivo se piensan destinados a vencer siempre y cuando no lo logran corren a llorar a todas las instancias, convenciones, tratados y pactos que han violado una y otra vez… y se les presta atención. No se les da la razón, pero se les presta atención y se ofrecen explicaciones con la ilusión de que comprendan que no pueden ir por el universo tomando a la fuerza todo lo que deseen, primero porque está mal desde el punto de vista ético y moral, después porque le faltan el respeto a todo lo pactado entre seres interesados en la paz y por último porque a veces pueden ser derrotados –como sucedió ayer-; lo peor del caso es que los Ninclous son tropas élites, pilotos considerados invencibles, crueles, fríos… la muerte o derrota de uno de ellos es motivo para una prolongada querella diplomática. ¿Te imaginas, Diario, lo que sucederá ahora que dos escuadrones fueron aniquilados? “lo imagino, mejor dicho; lo sé. Recuerda que tú has sido protagonista de las dos derrotas que han sufrido.”
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