Este es uno de esos tantos debates donde nunca llego a una conclusión final.
Por un lado comprendo que es la mujer quien debe asumir el gasto de energía, de medios, etc, de un embarazo y que por tanto, también debería tener poder de decisión sobre el mismo.
Pero por otro lado también asumo que el niño o la niña, aparte de no tener la culpa, no puede decidir en ningún momento.
Cuando he tenido esta discusión, siempre hemos llegado al mismo punto sin retorno. Todo defensor pro vida te dirá que si no quieres el bebé, no hay problema, lo tienes y lo dejas en adopción pero que la vida prima por encima de los intereses personales, en este momento, yo me quedo callado porque evidentemente es un argumento poderoso, no tiene mucha vuelta de hoja. Aunque sin embargo, me pongo en la piel de la mujer, y no me gustaría ser un útero con patas monotorizado o teledirigido por la legislación.