Dime amiga mía:
Por qué empezamos a hablar aquella tarde hace tanto tiempo. ¿Recuerdas las horas que nos pasábamos charlando sobre cosas sin importancia?, cosas como las peleas con los hermanos, los deberes que habían puesto, o qué hacer con los cortísimos fines de semana.¿Recuerdas el día en que decidimos crecer?; yo tampoco, porque no lo decidimos.
Dime amiga mía la razón por la que cambiamos. Todo lo que no solía importar, ahora lo hacía. Nuestros deseos e ilusiones, pasaban a ser inalcanzables metas de angustioso camino que nos empeñamos en recorrer; pero que ni tú, ni yo, recorrimos solos. Por qué creciste, ¿alguien te lo pidió?, era lo que se esperaba de ti?. Solo se que yo también crecí, crecí por no dejarte sola.
El tiempo pasó de hoja, dejando atrás los hermanos y deberes, temas ahora sin sentido que dieron paso a tristeza, sentimientos heridos y emociones rotas; el llanto de un niño en la oscuridad de tus ojos. Nunca olvidaré el primer día que te vi llorar; con mi dedo índice recogí una lágrima que rodaba por tu cara, y mientras corría juguetona por las líneas de mi mano, me di cuenta; Dios, cuánto adoraba escucharte. Me sentaba contigo, no importaba dónde, el mundo dejaba de existir. En tu mirada, podía ver todas las emociones sentidas cuando ocurrió lo que me contabas. Tu alma, daba la mano a cada palabra que de tu boca salía, y las decías para mi. Me dabas tu alma, una mirada y mil emociones; nunca pedí nada, y me lo diste todo.
Dime por qué no paramos el tiempo. Tiempo que con más llantos que risas voló traicionero recordándome olvidar, olvidar decirte que crecí. Pero por aquel entonces ya no hablábamos mas que cuando tenías problemas. Desde entonces, con el corazón dividido entre no verte sufrir y desear estar contigo, moría que no vivía por una de esas mil emociones que de ti recibí.
Contéstame a algo amiga mía, por qué nuestras bocas callaron cuanto en nuestras almas había tanto que contar. Por qué no fui capaz de decirte, te quiero, hasta este mismo momento en que se en mi corazón porque lo siento, que te fuiste, me dejaste y no volverás, porque hoy, has muerto...